(Feria taurina de Linares 2015)
Por
Salvador Santoro
Utilizando ad
hoc el título y la moraleja de una conocida fábula de Esopo (Grecia, siglo VI a. C.), la tardía y exigua
programación taurina de la
Real Feria de San Agustín de Linares, en su edición de 2015, ha resultado decepcionante,
dando lugar a un más que justificado enojo entre los aficionados linarenses y
su gran zona de influencia. Jamás en su dilatada historia, desde la
inauguración del coso de Santa Margarita (el 9 y 10 de junio de 1867) en que ya
se dieron - por la festividad de Nuestra Señora de Linarejos - dos grandiosas
corridas de toros - mano a mano entre primerísimos espadas y con legendarias
ganaderías -; ha habido una oferta taúrica tan paupérrima como la de hogaño en
nuestra ciudad. De todo punto, inaudito.
El romano
Horacio, refiriéndose a la fábula esópica, en su Epístola a los Pisones, afirma en latín: “Parturient montes, nascetur ridiculus mus” (“Parirán los montes”,
nacerá un ridículo ratón); y eso es, ni más ni menos, lo que ha pasado este año
en Linares. Hasta el mismo 13 de agosto, a mediodía, en que la empresa Collado Ruiz Toros, S.L. comenzó a repartir la cartelería, se habían
producido en los mentideros taurinos toda suerte de rumores, comentarios y
posibles combinaciones sobre los festejos a celebrar. Incluso se temía que no
se dieran toros, al no figurar siquiera en el programa oficial de feria.
La desazón
se tornó en decepción y enfado, al comprobar que el día 28, fecha emblemática
en Linares, solemnidad del patrón San Agustín y conmemoración del LXVIII aniversario de la trágica cogida
de Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete”,
Fénix de la torería; se anunciaba una novillada sin picadores (lo que siempre
se ha llamado becerrada o festejo económico), con dignísimas promesas de
poblaciones cercanas de la provincia de Jaén.
A nuestro
entender, las novilladas de promoción, son imprescindibles para la continuidad
de la Tauromaquia, y debieran darse - cuantas más mejor - en cada plaza del Orbe
taurómaco, pero días tiene el año para evitar esta ignominia a Linares.
Imperdonable.
Como plato
fuerte se verificaría, el domingo 30, una extraordinaria corrida de toros con
un “cartelazo” a base de figuras del Toreo, a saber: Enrique Ponce, José Antonio
“Morante de la Puebla” y Alejandro
Talavante, con astados de Zalduendo. Rutilante, pero a todas luces
insuficiente.
Puestos a
buscar culpables, algunas miradas se dirigieron - injustamente - al
Ayuntamiento y en concreto a su Alcalde-Presidente, por permitir tamaño
desatino. En su descargo, decir que la Plaza de Toros es - legítimamente - de
propiedad privada y no municipal y que la Corporación no aporta ni un “duro”
para los festejos taurinos, por lo que no puede demandar - y me consta que se ha
hecho - lo que no está en su mano.
A última
hora, se decidió acertadamente y para no echar más leña al fuego, poner en
juego el prestigioso Trofeo Manolete, a la mejor faena que concede (desde 1948)
el Ayuntamiento. Por su parte, la decana Peña “Paco Moreno”, también puso en liza
el que concede al toro más bravo. Ambos han quedado desiertos. Otras entidades,
en señal de desaprobación, acordaron no ofrecerlo. Muy santo y muy bueno.
El único
cartel de festejo mayor, es autoría de la empresa arrendataria (Collado Ruiz Toros, S.L.) y de la
conveniencia - en fechas y exigencias - de los “influyentes” mentores de los
diestros actuantes, que no cedieron a la posibilidad de dar otra corrida de
toros el 28, incluyendo a algún matador local con merecimiento. Pareciera que,
consensuado, todo se ha cocido desde el país azteca, no en balde el potentado
mexicano, Alberto Bailleres, preside dos importantes sociedades: ETMSA (Espectáculos
Taurinos de México) y FIT (Fusión
Internacional por la Tauromaquia), para el resto de Europa. Curiosamente,
son recientes dueños del hierro de Zalduendo y apoderados de Morante y
Talavante. Extraiga, el sagaz lector, su propia conclusión.
Se impone
que, con la suficiente antelación, en 2016 se concierte una ineludible reunión
entre representantes del Ayuntamiento, propiedad de la Plaza de Toros, empresa
arrendataria y miembros de peñas y colectivos taurinos de la localidad. Esto
deberá impedir otro dislate que sería gravísimo para la categoría y tradición
taurómaca de la ciudad de Linares.
Aunque el
resultado económico, a pérdidas y ganancias, compete - exclusivamente - a la
empresa, significar que en la novillada hubo vacío total en los tendidos de Sol
y poco público en la
sombra. Las entradas muy caras (general: 25 euros) para lo
que se ofrecía. Desolador y desangelado “minuto de silencio” en memoria de
Manolete. En la jornada del domingo, el aforo (6.500 localidades numeradas) se
cubrió en una “aparente” fracción de tres cuartos.
Aun no
siendo objeto de este artículo de opinión, analizar el balance artístico, sí
resaltaremos el buen juego de la novillada (erales) de “El Cotillo” y la sólida actuación del vilcheño Daniel García, que
está para debutar con caballos y, como grata sorpresa, la torería y empaque de
Pedro Gallego, de Torreperogil. Además, Antonio Luis Risoto (de Navas de San
Juan), ante un añojo de pelo “colorao”, mostró desenvoltura. Saldría a hombros,
por la Puerta Grande ,
en compañía del mencionado Daniel García.
De los
coletas de alternativa, destacar una elegante faena de muleta - técnicamente
perfecta - del catedrático Enrique Ponce, malograda con los aceros. Igualmente,
la disposición de Morante de la Puebla, que estuvo “de querer”, teniendo que
pechar con un burel (el que hizo quinto) reparado de la vista, que le obligaría
a realizar una interesante y torera “lidia a la antigua”: toreo sobre las
piernas. De Talavante, subrayar su frescura e improvisación toreando variado
con el capote y templado con la flámula. Soberbio el quite por gaoneras, iniciado
con un medio farol. El encierro de Zalduendo, justito de “trapío”, fue abanto y
descastado. Eso sí, noble el lote de Ponce. Como curiosidad, durante el
paseíllo, se interpretó 115 años después de su estreno (1900) en este mismo
ruedo, el pasodoble “Alvaradito”, del
maestro Don Alfredo Martos, dedicado al entonces novillero sevillano Alejandro
Alvarado.
Los
“recortes” llegan hasta el tiro de arrastre, formado por una sola y gigantesca
acémila de capa castaña morcilla, llamada “Macarena”.
¡Qué bien se gana el pienso! Por poco dinero, debieran cuidarse ciertos
detalles estéticos como adornar con colgaduras el desabrido palco de ganaderos
o pintar las oxidadas barandillas y sillas de la delantera de grada.
Felicitar
al arquitecto-conservador del coso de Santa Margarita, Miguel Ángel Lorite, por
el buen gusto al elegir el bonito color - rojo inglés (almagre) - de la barrera
y burladeros.
Por último,
manifestar mi “tristeza” e indignación por la polémica y desilusionante feria
taurina 2015, en mi condición de aficionado y, sobre todo, de linarense. Es el
parecer de este provecto abonado que suscribe y, por supuesto, “paga” y exige.
Firmo y rubrico.
Salvador
Santoro
(Columnista
taurino)
· Nota bene.- Publicado el día 4 de
septiembre de 2015, en la página Web: http://jaentaurino.com, que edita y dirige
José Luis Marín Weil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario