Como es natural, entre semana y por las mañanas, es
imposible que los jóvenes aspirantes vayan al campo debido a sus obligaciones
escolares, las cuales si no lo primero, si deben ir al mismo compás que
ejercitan su por ahora afición a los toros, que de tener suerte, un día no muy
lejano muchos de ellos convierten en profesión.
Bien colocado y un tironcito del brazo hacia dentro
Todo lo contrario ocurre cuando el tentadero es por
la tarde o en algún día no lectivo, es entonces cuando de otra manera también
suelo disfrutar en el campo al lado del aspirante Pepe Viedma.
Aquí no hay tirón, la dejó muy atrás
Pepe es un chaval de 18 años con el que llevo ligado
unos tres años desde que le vi en una capea celebrada en la Plaza de Toros de
Ubeda. Aquella tarde Pepe me llamó la atención por su quietud delante de una
vaca vieja de estas cornalonas que suelen echar para diversión de los
aficionados. Si he de ser sincero, él fue quien me descubrió que la vaca se
tragaba la “pañosa”, ya que como “perro viejo” habiendo recorrido muchas capeas
en mi mocedad, aguardaba desde un burladero que alguien fuera hacia ella para
ver sus reacciones y decidir salir o no a darle algún muletazo. Fue una tarde
muy bonita, pocos, bien es verdad, ya que las vacas no eran muy allá, pero los
dos toreamos y desde entonces mantenemos una bonita amistad ¡Se imaginan Pepe
Viedma, figura del toreo!, el tiempo hablará por sí mismo.
Es bueno meterse en los adentros. Tiene cosas este chaval
Mientras tanto y pendiente a sus estudios, los
compagina entrenando a diario con el maestro Juan Antonio Millán, quien con una
pedagogía exquisita explica al alumno los terrenos, colocación y proceder en
las distintas suertes de la lidia. Puedo asegurarles que es una verdadera
satisfacción estar observando a ambos -profesos y alumno- sus colocaciones, sus
movimientos de piernas, de cadera y, sobre todo de muñeca para ligar los pases
y realizar un remate de bellísima ejecución.
Esta, es otra manera de disfrutar del toreo, creo
que una de las primeras que cualquier nuevo aficionado a los toros debiera
asistir para poder admirar ese sacrificio diario que un torero realiza para
estar siempre preparado y a punto por si en algún momento suena ese teléfono de
la contratación. Admirar a los llamados figuras en muchas Plazas de Toros y
sobre todo en televisión, nunca da la medida exacta de la realidad de
sacrificio que experimenta un torero a lo largo de su vida y su carrera.
Perfecto, lento, templadito; a favor de obra
Por eso, encontrar a un aspirante a torero en
cualquier momento, bien estudiando, bien entrenando o en la mejor de las
situaciones, toreando en el campo cualquier día del año, alejado de esa vida
diaria que cualquier joven habitualmente desarrolla, es un “diezmo” que hay que
pagar en esta durísima pero más bonita profesión del mundo. Después con el
tiempo, como he dicho anteriormente, por unas u otras razones en las cuales no
vamos a ahondar, se llegará o no se llegará; pero de lo que si estoy convencido
de todas, todas, es que en todo este tiempo de espera, trabajo y preparación; se habrá forjado una
buena persona.
Viene ligado, ahora hacia fuera.
¡Olé a la becerra y al torero! encajado del todo
A PEPE VIEDMA
Crisol y cuna, Córdoba;
la sultana y mora.
Ubeda, historia, vida y
toro,
José Viedma, la obra.
Una, para el Torero luz;
la otra, para su arte fragua.
Luz y fragua. Fragua y luz
En auroras de juventud,
envoltura de oro en un traje azul.
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