Un picador, derribado durante el tercio de
Varas| Foto: Gtres
En un año repleto de noticias y
acciones en favor de la Tauromaquia, en el que se está debatiendo ya la
declaración de la misma como Bien de Interés Cultural, aparece ahora una idea
para mejorar la suerte de varas, con la creación de una nueva puya dotada de un
mecanismo retráctil que ayudaría a medir el castigo.
Este 2012, negrísimo en cuanto a lo económico como ninguno, con permiso de un 2013 que nos acecha amenazante, ha traído, sin embargo, un goteo incesante de noticias positivas para la fiesta de los toros, que se resumen en un solo axioma: casi todos los estamentos taurinos han dejado de mirarse el ombligo y se ponen las pilas. Tarde, pero la dicha es buena.
Manos a mano, corridas en solitario, actos en defensa de la fiesta, declaraciones como bien de interés cultural de la tauromaquia, reuniones de los toreros con la administración, acciones encaminadas a que los niños y los más jóvenes conozcan de primera mano este espectáculo... Lo dicho, parece que ahora todos vamos en serio.
La última noticia, por anecdótica que parezca a primera vista, y tendrá también
sus filias y sus fobias, es la aparición de diversas evoluciones más o menos
tecnológicas encaminadas a mejorar, al menos en intención, el espectáculo
taurino. En concreto, hablamos de la propuesta del picador Curro Rivero, de una
nueva puya con un mecanismo retráctil.
Puya retráctil, de
Curro Rivero | Foto: Curro Rivero
La filosofía del invento o evolución de esta herramienta se concreta en
que ésta entra hasta la cruceta, y cuando ya está dentro se retrae.
La filosofía del invento o evolución de esta herramienta se concreta en que ésta entra hasta la cruceta, y cuando ya está dentro se retrae. Retrocede la cruceta, y la pirámide, por lo que la vara queda en la misma longitud, pero se reduce el castigo, sobre todo el que se produce en los movimientos de caballo y toro posteriores al 'embroque'.
Según Rivero, la ejecución de la suerte de varas es "idéntica" para el picador, que no notará diferencia entre la puya tradicional y aquella. Sí lo nota el toro, según los resultados de algunas pruebas realizadas por varios picadores a puerta cerrada.
Además, con
este mecanismo, se puede poner al toro más veces al caballo, porque no es un
castigo menor, sino menos dañino, pues una vez que se consuma el puyazo, la
punta que está dentro del animal daña todo lo que encuentra en cada movimiento
de éste.
Sin querer hacer juicios prematuros, positivos o negativos, parece que esto se mueve y hacia adelante. Basta recordar la polémica que surgió también con la idea de que las banderillas debían doblarse para evitar riesgos e incomodidades para banderilleros y matadores.
En todo
caso, cualquier evolución encaminada a la mejora del espectáculo debe ser
bienvenida, sobre todo si, como asegura su promotor, favorece que el castigo se
mida correctamente para los toros bravos, ese que empuja de verdad, que repite
y se lleva mayor castigo que el que se repucha o huye, para menoscabo de su
juego en el último tercio.
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Me siento muy identificado con "DE CATAFALCO Y ORO", por lo que y aún haber tenido referencias acerca del invento, nunca me permití echar mi cuarto a espadas. Hoy lo hago:
ResponderEliminarVamos a dejarnos de inventos que amparen la picaresca -no veo otra intencionalidad en el asunto- de lo que ya estamos exasperados, dolidos e insultados.
Qué tendrá ¡cielo santo! esto del Toro, que todo el mundo quiere -los de dentro y los de fuera- su perversión.
Creo que no estoy solo en esta causa. No obstante, aquellos a los que puedo acompañar, o éstos que pueden acompañarme, se manifiestan indolentes.
Desde luego que con lo que hay "liao" hablar o discutir de Toros, casi podría considerarse irreverente. Pero para los que hemos pasado esa "delgada linea" qué diría Jose María Marín (cumbre, torero) nos resulta inevitable.
Saludos de Gil de O.
Otra vez Gil de O., este impenitente aficionado, quién coma "rayo hernandiano" no ceso:
ResponderEliminarCurro Rivero, te ruego que en lugar del "inventico" sustituyas la cruceta y ese encordelado de fibra con uno de bramante como el grosor un puño, hecho de cabos de esparto, pita y lino, o de las tres cosas; y pasados de cerote como me lo enseñó a hacer aquel zapatero, cuya mujer pario toreros y tocaores, que se llamaba Paco Eulogio Cruz y que además fué con el Maestro Cebrián, el primer clarinete de los de su banda.
Sí aquél maestro, que lo tuvo de primer clarinete, mientras llevaba al pentagrama, la marcha de la Macarena, Jesús El Abuelo, y el pasodoble Churumbelerías. Y es que las cosas del Toro, cuando son auténticas, siempre van "ligás". De nuevo
Saludos de Gil de O.
Gil de O. tiene muchas experiencias vividas en su haber. Lo del encordelado de esparto, pita y lino, bien ligados y pasados por cerote lo escuché allá por la década de los 70.
ResponderEliminarEsto de la puya viene siendo de una época a esta parte un asunto que no cesa, pero que tampoco se le pone el remedio para zanjarlo.
¿no será que lo que hay que solucionar es el tema del toro?
Se dice en el post que cualquier cosa que vaya encaminada a la mejora del espectáculo debe ser bienvenida. Y Yo vuelvo a repetir, no será el toro lo que hay que mejorar, un toro que aguante cierto tipo de puya, un toro que aguante cierto tipo de caballo, un toro que aguante todos los tercios de la lidia, en definitiva, UN TORO, COÑO.