jueves, 7 de octubre de 2010

El Indulto o no Indulto de la discordia

Bien es verdad que en términos generales no podemos hablar de una mala feria taurina en cuanto a los actos que se han celebrado, de los que no se han celebrado ya hablaremos. El balance artístico ha sido bueno y el tiempo a pesar de la amenaza de lluvia prevista para el día de San Francisco supo sujetarse y aunque con fresco en los últimos toros se ha disfrutado de unas aceptables tardes de toros.La nota discordante de la feria estuvo en esa petición de indulto que la Presidencia no otorgó y que una mayoría de público, no todo, solicitó con insistencia, una insistencia que al ser denegada pasó a palabras mayores, las cuales no deberían haberse pronunciado.Según el Reglamento Taurino de Andalucía el toro bien pudo ser indultado, otra cosa es la decisión de un Presidente de cómo quiera aplicar ese Reglamento, no olvidemos que este reglamento es presidencial, al toro le vimos nobleza, pero si en verdad la bravura se mide en el caballo, en este no pudimos verle. Sin que por esto quiera romper una lanza a favor del Presidente, el público debe saber que hay otras vías legales y un año entero por delante para discutir la permanencia o no de un Presidente en un Palco si así se estima oportuno.También he de decir en otro orden de cosas, que se deben mirar las actuaciones del equipo veterinario y darse cuenta el público de los estragos que hace la mano del hombre allá por donde pasa, siendo la madre naturaleza y sus animales como el toro víctimas propiciatorias.Lo he dicho muchas veces, hoy vuelvo a repetirlo, este espectáculo ya no es lo que era, sus públicos tampoco y, hoy al aficionado le otorga el Reglamento Taurino de Andalucía voz y voto,  la afición de Úbeda, tan importante como la propia ciudad, debería crear una Asociación de Aficionados y ser quienes defendieran las posturas que consideraran oportunas a favor de la Fiesta desde el diálogo y el entendimiento entre las partes, lo contrario es volver al circo romano, claro ejemplo de cómo estuvo convertido el Coso de San Nicasio la tarde de San Francisco. Si he de ser sincero, tan mal me pareció la actitud del torero hacia el Presidente como la actitud del Presidente hacia el torero. No se trata de dar consejos a nadie, pero opino que cuando una persona ejerce de Autoridad debe mantenerse templado y cuando baja la marea actuar con todas las consecuencias. De todos modos el Presidente tiene motivos para proponerle para sanción por infracción grave por motivos muy fundamentados de resistencia y desobediencia a sus órdenes legítimas, con la agravante de mediar provocación al desorden público durante el espectáculo e incitación contra el palco.Igualmente y en justicia habría que hacerlo entre otros con Mariano de la Viña, que en lugar de haber sido el primero en incitar al público, debiera haberse preocupado de ser un poquito más profesional y ejecutar con elegancia la suerte de banderillas, donde además de fallar estrepitosamente, el tercero colocó un par que no le correspondía. Convenzámonos señores, mientras no se pida la “integridad” del Toro, esto no cambiará, yendo a peor como es el caso. Estoy convencido que la “integridad” del Toro es la única que puede cambiar el estado actual y posicionamiento de muchos de los matadores de toros que forman la cúspide del escalafón. Personalmente la decisión Presidencial fue correcta.