Plaza
de toros de Úbeda. Primera de feria. Seis toros de Murteira Grave, de
excelente presentación, lidiándose un tercero de vuelta al ruedo.
El Cid, ovación y dos
orejas.
Manuel
Escribano, ovación y oreja.
Alberto Lamelas, dos
orejas y silencio.
Una
corrida con el hierro de Murteira Grave era la que se lidiaba en la tarde de
este sábado en la primera de feria de la localidad jiennense de Úbeda. En el
cartel, El Cid, Manuel Escribano y Alberto Lamelas haciendo el paseíllo.
Gran
faena de El Cid al primero, de soberbia presencia al que toreó con mucho gusto
a la verónica. Su faena estuvo basada en la mano derecha, labor por donde tuvo
estructura y templanza así como ligazón. Sonó la música y el toro fue a menos,
pero Manuel lo ligó para pinchar y ser ovacionado. La magia y la zurda de
El Cid se impusieron al cuarto en una faena de gran tesón y aplomo ante un toro
difícil. Cid Salas templó jugándosela muy cerca de la taleguilla, en un trasteo
en el que hubo exposición y buen toreo sin quitarse la de la cara dos series
antologías a zurdas y un final por ayudados. Estocada fulminante y dos orejas.
Palmas
para Escribano en una faena de más a menos al segundo, donde el de Murteira se
apagó muy pronto en el último tercio. Escribano lo recibió con dos largas y
protagonizó un tercio de banderillas muy digno, salvo la reunión del primer
par. Su faena fue templada y con mucha limpieza, pero fue a menos por la
endeble condición del animal. Fue breve a espadas y recibió una gran ovación.
Una oreja paseó del quinto.
Una
gran faena dejó Lamelas al tercero, al que recogió de capote con gran aplomo y
destreza para llevarlo y pararlo en los medios. Brindó Alberto y lo recogió a
diestras y en redondo en el centro, en un momento intenso y vibrante lleno de
emoción. Su vuelta de nuevo en redondo fue más brillante aun, superando en la
tercera. Al natural el animal fue largo y Lamelas lo templó con gusto y buen
trazo. Fue corta la faena para culminar con bernadinas de escalofrío seguido a
una gran estocada y muerte de bravo. Vuelta al ruedo al toro y dos orejas para
Lamelas de mucho peso. En el sexto que brindo a Paco y Alfonso empresarios de
la plaza, un toro desclasado Lamelas lo intento sin conseguir lucimiento, mato
mal y fue silenciado.
Autor; Ignacio Rubio/ Foto; José María de
Toro