lunes, 2 de octubre de 2017

2ª DE ABONO FERIA DE UBEDA // JUVENTUD DIVINO TESORO


Plaza de Toros de Úbeda, 2ª de Feria. Lleno en los tendidos. Toros de Santiago Domecq, aunque flojos los lidiados en primer y sexto lugar, resultaron nobles, de excelente presentación y juego, con cuajo y cara.
En cartel Alberto López Simón que sustituía al anunciado Enrique Ponce, Roca Rey y Ginés Marín.

En el ecuador de la corrida se le hizo a Manuel Cano entrega por parte del Matador de Toros y empresario Paco Delgado, de un recuerdo dados los 25 años como torilero en esta Plaza de Toros de Úbeda.



Vayamos con los toreros:

ALBERTO LOPEZ SIMON.- El torero de Barajas recibe a su primero de lances templados, un toro que resulta bravo y noble, del que puede decirse categóricamente que no es picado. Buen tercio de banderillas el protagonizado por los hombres de plata.
En la faena de muleta, López Simón ante el toro que resulta flojo realiza una faena templada, llevando al toro muy bien enganchado en la muleta pero a media altura dada las condiciones del animal. Poco a poco el torero se va centrando y cogiendo el aire al toro y la faena va tomando vuelo llegando con fuerza a los tendidos. Mata tras una media de estocada fulminante y es premiado con una oreja.








En su segundo, López Simón vuelve a templar de capote en una bonitas verónicas de recibo a su segundo, rematando de media sensacional.
Un toro este cuajo como el resto de la corrida con cuajo, con cara y romana. Tiro de San Bernardo aunque inexplicablemente en desacuerdo con el a la hora de colocar el palo, es aplaudido en su retirada hacia el patio de caballos, ahí se vio perfectamente la parte de público y aficionados en los tendidos, que no es lo mismo.
Quite artístico por chicuelinas y revolera en los medios, López Simón no esquilmó nada en ningún momento y dio todo los que un torero puede dar en una tarde de toros.
Un toro este cuarto al que había que aguantar mucho y el torero madrileño lo tantea en unos doblones por bajo para llevárselo a los medios y realizarle una faena notable por ambos pitones. La tizona en esta ocasión no quiso tomar el camino correcto y López Simón es ovacionado desde el tercio.












ROCA REY.- El torero peruano sale a por todas desde que pisa el albero, recibe a su primero con un repertorio de capa muy variado, lances templados, chicuelinas, delantales y un remate de media verónica muy ajustada.
Este toro al igual que el lidiado en primer lugar prácticamente no se pica dada su flojedad. Llega el tercio de banderillas y una tarde donde debido al tema catalán, la palabra España estaba muy presente –veremos qué pasa en lo sucesivo- Roca Rey ordena cambiar los rehiletes blancos por los de los colores de la enseña nacional a lo que el público reacciona con una fortísima ovación.
Comienzo de faena firma de Roca Rey, impávido ante la embestida del toro, bravo y noble como el anterior pero del mismo modo flojo. El torero lo entiende, deja reposar el toro y consigue hacerle una faena sin que vuelva a claudicar, todo ello a base de calma, tesón, buen entender las distancias y sobre todo templanza y suavidad en la muleta. Naturales largos de mano baja que ahora aprovecha Roca Rey y los realiza perfectos ante un toro que ha tenido gran calidad. Mata de buena estocada y es premiado con dos orejas.











En su segundo vuelve a estar variado y templado con el capote, lances con cadencia, con dominio y remates ajustadísimos al chispeante.
Faena de muleta citando en los medios para pase cambiado por la espalda y abrochado con pase de pecho llevando al toro a la hombrera contraria.
Faena por ambos pitones realizada con mucho temple, llevando al toro muy cosido a la muleta y una cercanía pasmosa. Un buen toro este quinto del encierro, el cual ha tenido bravura, nobleza y ha aguantado la lidia a la cual lo ha sometido el torero peruano. Vuelve a estar sobresaliente con la espada, marca bien los tiempos y quizá por estar algo trasera, es premiado con una oreja y fuerte petición de la segunda.










GINES MARIN.- Un torero al que recientemente vimos en la Plaza de Andújar y puedo asegurarles que su futuro no es que sea prometedor, dicho así al uso, Ginés Marín va por el camino de ser un figurón del toreo a todas luces, en Úbeda ha demostrado sobradamente la dimensión de torero que posee a pesar de su juventud, si mucha pero sin ser óbice para ser un grandioso torero; y eso amigos, solo es posible si se nace torero y está tocado por esa varita que o vemos pero que hace milagros, este es Ginés Marín.
A su primero, el torero nacido en Jerez aunque considerado extremeño, lo recibe de lances muy templados, con cadencia, con sentimiento y mano baja. Quite artístico por chicuelinas en los medios que llegan con fuerza a los tendidos.
El tercio de banderillas resulta brillante y los toreros de plata son aclamados saludando desde las troneras de los burladeros.
Ginés Marín se va a los medios para esperar a su primero, el toro se arranca raudo y Marín de da un pase cambiado por la espalda para ponerse directamente a torear, sabía la clase de toro que tenía delante y al parecer el maestro de música también, ya que nada más comenzar la faena arranca son el pasodoble Puerta Grande.
Faena por ambos pitones con hondura, con temple, aguantando alguna que otra tarascada que el toro tira por ese puntito de falta de entrega que va sacando conforme trascurre la faena; pero Ginés Marín con mucha sapiencia tira del toro y le obliga a que tome con suavidad la muleta.
Bernadinas ajustadísimas de remate y un pase de pecho antológico cogiendo al toro en la cadera y vaciarlo a la hombrera contraria, torerísimo este Ginés Marín. Mata de estocada de libro y es premiado con las dos orejas de su oponente.













En su segundo, un toro muy protestado desde su salida debido a su manifiesta flojedad en los remos, no puede lucirse con el capote.
Ginés Marín con tranquilidad ante el vocerío popular hacia el Palco Presidencial, comienza a sobar al toro, a aguantarlo, a consentirle, a desengañar al toro de forma tan inteligente que las lanzas duras y de acero bien templado, se vuelven frágiles como el cristal de Murano. Ginés Marín consigue que el toro sin venirse abajo tome la muleta con temple, muy despacio; y dada su nobleza consigue una meritoria faena que si no resulta de lucha, si lo es de mucha sabiduría, algo que solo unos pocos espectadores saben apreciar. Falla a espadas en esta ovación y es despedido con una fuerte ovación.








Dentro de unos parámetros normales, apoteósica tarde en Úbeda, con un cartel que a duras penas podrá darse otro si nos referimos a juventud, pienso que el cartel de esta tarde pueda ser uno de esos que en el futuro ocupen las nuevas figuras del toreo. Los tres jóvenes espadas hicieron vibrar los tendidos en muchos momentos del festejo, un público que demostró que la Fiesta de los Toros sigue teniendo vigencia y futuro, mucha gente joven en los tendidos y eso es señal inequívoca de los que les estoy comentando.
El matador de toros y empresario de la plaza Paco Delgado hizo un balance positivo en los micrófonos de la Cadena S.E.R. de Úbeda, dejando claro que tanto él como su socio el novillero Alfonso Moya han quedado muy satisfechos de lo ofrecido en el coso de su ciudad, la cual continuarán cuidando siempre y cuando el Consistorio siga creyendo en ellos como empresarios con vistas de futuro para lo que es la Úbeda taurina.
Y hasta aquí lo acontecido este año en la Feria Taurina de San Miguel de Úbeda.