Por Salvador
Santoro
Dedicamos esta colaboración a un enigmático personaje, la - en tiempos -
famosa torera apodada “La Reverte”;
vinculada a la ciudad de Linares en la última etapa de su vida. Su filiación
real era María Salomé Rodríguez Tripiona (o apellidada, de segundo, Tripiana en
otras fuentes consultadas) y había nacido en la población almeriense de Senés,
el 28 de agosto de 1878.
De joven,
se traslada a La Carolina,
trabajando en un cortijo de Las Navas de Tolosa. Era una muchacha de complexión
muy fuerte y desde niña sentiría inclinación por el sexo masculino, por lo que
la llamaban “La marimacho”. De zagala, propinó tal patada a un señor que quiso
propasarse que le llegó a fracturar el fémur, siendo demandada. En el
expediente de su razón (el sumario incoado por aquel suceso), figuraba como
hembra - enfatizamos - en una copia de la partida de nacimiento.
Animada por
los éxitos de las Noyas (cuadrilla de
señoritas catalanas), María Salomé, decide hacerse torera. En principio, vestía
de luces con chaquetilla, chaleco y taleguilla salvo cuando - alguna autoridad
competente de severos principios - le obligaba a usar casaquilla y falda en los
ruedos.
La Reverte, alternó con
afamados novilleros de la época como Lagartijo y Machaquito, teniendo
predicamento en plazas de importancia. Su triunfal presentación en Madrid, tuvo
lugar el 11 de noviembre de 1900, dando muerte a un utrero. En esa fecha la apoderaba José Ramírez,
de la población jienense de Santisteban del Puerto.
Por Real
Orden de fecha 2 de junio de 1908, siendo ministro de la Gobernación don Juan
de la Cierva -
taurófobo declarado - se prohíbe el toreo femenino hasta la proclamación de La República. El
preámbulo de la R.O. decía: “La opinión
pública ha protestado en varias ocasiones contra la práctica que se va
introduciendo en las plazas de toros de que algunas mujeres tomen parte en la
lidia de reses bravas, y si bien se alega que la ley no lo prohíbe
expresamente, el hecho en sí constituye un espectáculo impropio y tan opuesto a
la cultura y a todo sentimiento delicado, que en ningún caso deben las
autoridades gubernativas permitir su celebración, como acto que ofende a la
moral y a las buenas costumbres”. Durísimo texto que rezuma misoginia
taurina.
En ese
ínterin, La Reverte,
se declara hombre, anunciándose - con poco eco pues el público se sentía
estafado - como Agustín Rodríguez. Tras veinticuatro años y sin facultades, volvería
a torear como mujer en la Villa
y Corte, un 15 de septiembre inactiva de 1934, en festejo nocturno; dando por
conclusa su notable carrera ese desafortunado día.
Relegado al
ostracismo, los últimos años de su existencia, Agustín, trabajó en una
industria linarense y hasta su fallecimiento en nuestro pueblo, ocurrido en
junio de 1942, ejerció como guarda - vestida de varón: con camisa, pantalón y
faja, zahones y escopeta al hombro - de la mina “La Española”, topónimo
que da nombre a la finca de bravo donde pasta la actual ganadería de Valdemoro,
en término municipal de Vilches.
María
Salomé “La Reverte”
o Agustín Rodríguez - tesis y antítesis - se llevó a la tumba el misterio de su
verdadero sexo, manteniéndose aún la duda de si fue señorita o caballero. Lo cierto
es que se trataba de un ser extraño.
Por
testimonio directo, contaba mi padre, Andrés Santoro López, que en varias
ocasiones - ya entrada en edad - la observó detenidamente y con curiosidad
andando por los alrededores del mercado de abastos de nuestra localidad donde
iba a comprar. Aunque disimulados, se le insinuaban pechos - al decir de mi
progenitor -, si bien no se podía pronunciar sobre la zona genital por llevar
indumentaria masculina.
Por último,
transcribir las elogiosas palabras que le dedicó el influyente revistero
Dulzuras: “Ha sido más valiente que muchos hombres; ha estoqueado toros
grandes; ha corrido y saltado la barrera; y ha puesto banderillas”.
Sesquicentenario
Haciendo
una digresión y como adenda a este redactado, significar que el próximo año
2017, el coso de Santa Margarita de Linares se convertirá en
sesquicentenario. Por tanto, se cumplirán ciento cincuenta años de su
inauguración, que tuvo lugar el 9 de junio de 1867. Aquella tarde, con tres
toros de don Antonio Miura y otros tantos del Marqués de Saltillo, alternaron
mano a mano - con gran éxito y lucimiento - los matadores sevillanos: Antonio
Carmona y Luque “El Gordito” (alias
expresivo de su pergeño físico) y su hermano Manuel, de apodo “El Panadero”. A la jornada siguiente
se repitió el cartel.
Dicho lo
anterior, sería muy de desear - y así lo solicito como aficionado y linarense -
que con la suficiente antelación y coordinadamente, se estudien y planifiquen
los actos de conmemoración del CL aniversario por parte del Excmo. Ayuntamiento
de Linares, mediante publicaciones, conferencias, exposiciones y demás
manifestaciones culturales. Asimismo, la propiedad del bien conservado inmueble
debería propiciar que este luzca en su máximo esplendor y, por supuesto, la
empresa arrendataria tendría que echar el resto, programando festejos taurinos
en número conveniente y con carteles de categoría. Los medios de comunicación y
las peñas taurinas de la localidad también juegan un papel relevante en este
asunto.
Tan
importantísima efeméride, merece una celebración con solemnidad y boato. Todo
ello a mayor gloria de la Tauromaquia y de nuestra ciudad. Que así sea.
Salvador
Santoro
(Columnista
taurino)
· Nota bene.-
Publicado en Diario JAÉN, el día 28 de agosto de 2016, festividad
de San Agustín, patrón de la ciudad de Linares.
PIE DE
FOTO
María Salomé
Rodríguez “La Reverte”. Retrato por L. Guimart. (Archivo de Espasa Calpe, S.A.)