Muchos son los -con todo mi respeto, lo digo por la
edad- chavales que he visto por estas tierras de Jaén, ir de tentadero en
tentadero para asistir como “tapias” y poder dar unas tandas de muletazos a las
reses que se tientan en alguna de las ganaderías de la provincia.
En verdad y sin desprestigiar a nadie los que más me
han llamado la atención han sido los chavales de Albacete, entre otras cosas
porque denotan una gran afición, algo creo, lo más importante para intentar
llegar a ser alguien en esto tan difícil como es el toreo. Estar varios días por
los campos de la provincia orientándose donde puede haber un tentadero y
asistir a él con la incertidumbre de poder dar unos muletazos es algo que entra
dentro de la grandeza que es el toreo, de la grandeza de muchos de estos
chavales que luchan y duro por conseguir esa meta tan difícil de alcanzar.
Ayer tuve la oportunidad de ver al novillero con
picadores Mario Sotos, un joven natural de Hinojosa (Cuenca), pero que se
incorporó a la Escuela Taurina de Albacete a la edad de ocho años. Sotos debutó
con picadores en una novillada que se ofrece en Albacete para San Juan, por lo
que el 24 de junio de 2013 debutó con los del castoreño ante reses de Juan
Manuel Criado y alternando junto a Sergio Felipe y Curro de la Casa.
Diré algo sobre este torero. Todo aquel que me
conoce sabe que ni entiendo de toros, ni mucho menos se ver a un chaval cuando
puede ser alguien en esta difícil disciplina artística, no me gusta decir
profesión, para mí no lo es; solo me mueve mi afición de toda la vida, la cual
he llevado al terreno práctico por intuición, sin entrenar, sin ejercitarme, ni
nada de lo que se deba hacer, motivo, el que he dicho, solamente soy un humilde
aficionado que escribe eso sí, con sentimiento cuando el toreo que percibo me
llega a lo más profundo como ayer ocurrió en el tentadero de Cerropelado de la
mano de Mario Sotos, el cual del mismo modo y esto ocurre solamente cuando algo
interesante ocurre en la placita de la ganadería, el propio ganadero jalea y
alienta al chaval que está haciendo las cosas como deben hacerse.
Mario Sotos toreó una becerra a la cual había que
hacerle las cosas muy bien, no dudarle, templarla, darle su distancia y
llevarla muy embebida en la muleta, la cual tomaba templada y con recorrido
cuando esa muñeca y cintura del torero eran las que estaban toreando y Mario lo
hizo en todo momento, de hecho aquí les dejo un buen reportaje de fotos de lo
que estoy diciendo.
Todo el que es buen aficionado sabe que estos
chavales torean cuando el maestro o novillero invitado al tentadero da por finalizada
la faena, momento en el cual y después de haber toreado a placer o no a las
becerras, esta ya se encuentra en unas condiciones que unas veces pueden ser
favorables y otras pueden ser todo lo contrario debido al comportamiento o
condiciones de la res. Ayer Mario Sotos ante una vaca nada fácil para el torero
y complicadísima para cualquier aficionado como el que les escribe, estuvo
sencillamente sensacional; con todos mis máximos respetos hacia quien fuera el
mejor torero de todos los tiempos toreando de frente con la mano izquierda como
fue el malogrado Antonio Millán “Carnicerito de Úbeda”, este chaval de Albacete
logró unos muletazos toreando con ese concepto que a buen seguro muchísimos
paisanos suyos vieron aquella tarde albaceteña donde “Carnicerito de Úbeda”
cortara cuatro orejas y dos rabos y en la que con toda seguridad le vieron
torear de esa manera tan peculiar que tenía el torero de Úbeda.
Como aficionado a los toros digo con todo
conocimiento de causa que todo lo que no sea salir a la plaza estando de tapia
de las formas en que estuvo este joven torero albaceteño, es mejor que se quede
sentado en la tapia o que piense en estudiar o buscarse un trabajo ahora que
aún tienen muchos edad para ello; en los muchos tentaderos que llevo en mi vida
de aficionado puedo decir que cuando más he vibrado ha dado la coincidencia que
el propio ganadero ha ensalzado al torero al igual que lo hace cuando en una
plaza de toros una de sus reses está siendo brava de verdad. Por ese motivo he
de decir que ya son dos los toreros, José Ignacio Rodríguez y Mario Sotos los
únicos que me han hecho “sentir” haciendo un buen toreo sobre el minero albero
de la placita de tientas de Cerropelado.
¡Enhorabuena chaval! ¡Enhorabuena torero! espero
volver a verte algún día en un nuevo tentadero por estas tierras; ya que a buen
seguro el próximo año el señor ganadero tendrá en cuenta a estos dos buenos
novilleros albaceteños. ¡Suerte torero!
MARIO SOTOS EN CERROPELADO
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