Llegó el día y como no podía ser de otra manera,
Navas de San Juan abre la temporada en nuestra provincia con un festejo mayor,
cumpliendo y haciendo cumplir la normativa existente en cuando a medidas a
tomar por la pandemia que estamos sufriendo, algo que es de agradecer en lugar
de tirar por la calle de en medio y haberse quitado de posibles problemas futuristas; ofreciendo su alcalde como máxima autoridad y representante de su
pueblo lo que el propio pueblo demanda, toros.
Pues esto fue lo que ocurrió en la corrida celebrada
en Navas de San Juan este pasado Domingo.
Se lidió 1 res de Hermanos Collado por el rejoneador
granadino de Loja, José Velasco y otras
4 del Hierro de Enrique Ponce que lidió el propio
maestro Enrique Ponce.
Como sobresaliente actuó el espada Andujano Enrique
Martínez “Chapurra”.
José Velasco.- 1 oreja.
Enrique Ponce.- Ovación que recoge desde el tercio,
dos orejas y rabo, 2 orejas y 2 orejas.
Afluencia de público, todo el que la ley actual permite
para un aforo.
Grandiosa ovación al torero considerado de Navas de
San Juan cuando pisó el albero navero para hacer el paseíllo, que una vez
terminado se guarda un minuto de silencio por todas las víctimas del virus.
Antes de comenzar el festejo, se rindieron homenajes
tanto al maestro de Chiva por su 30 aniversario de alternativa, el cual fue
obsequiado por el propio Ayuntamiento de Navas de San Juan con una placa
conmemorativa por tal evento, a continuación una foto a tamaño natural
realizado por el artista del pincel de Santisteban del Puerto Miguel Ángel
Mercado, así como una montera de cerámica que le entregó el artista artesano
ubetense Tito hijo. Asimismo fueron distinguidos por su trayectoria en la
cuadrilla del maestro valenciano, su picador José Palomares y su banderillero y
hombre de confianza Luís Fernández “Jocho II”.
JOSE VELASCO.- Un joven
rejoneador de Loja que tuvimos ocasión de verle el pasado año en esta misma
plaza cortando dos orejas, saliendo por la Puerta Grande y que como debería ser
en el resto de plazas de toros, la empresa vuelve a repetir este año.
En esta ocasión José Velasco lidió un utrero de
Hnos. Collado, con cuajo y que salió con muchos pies, al que paró Juan José
Perucha con mucha profesional y aguantando las fuertes embestidas de la res.
Bravo y con mucho celo resultó en el caballo que
montó Velasco de salida.
Volvió a gustar este joven rejoneador en Navas de
San Juan, la evolución en su carrera es evidente y demostró una perfecta doma
sobre los caballos y fuerte entrega en su faena.
Airoso salió de todos los trances tanto en
banderillas como en cortas y tras un rejón certero fue premiado con una oreja.
Vuelvo a insistir, Navas de San Juan se erige como
la plaza de toros que más oportunidades -máxime cuando son ganadas en la misma
plaza- que da a los jóvenes valores de la tauromaquia.
ENRIQUE PONCE.- Recibe de
suaves capotazos y una ceñida media a su primero, un toro que no demostró
entrega de salida.
En la muleta lo recibió por bajo con las piernas
genuflexa y muy tranquilo, ligó las primeras tandas sobre la mano derecha que
empezaron a calentar a un público muy con el torero toda la tarde.
Por el pitón izquierdo, el maestro Ponce ante un
toro ya más templado realiza unas tandas de toreo largo y templado, saliendo de
las tandas con elegancia y mucha torería. Una pena que fallara a espadas por lo
que el premio quedara en una ovación que recibió desde el tercio.
.- El segundo toro hubo de ser devuelto a los
corrales por manifiesta debilidad al haberse lesionado y corrió turno,
volviendo a lancear suavemente y con cadencia a un toro que se desplazaba bien
por ambos pitones aunque demostró flojedad.
No dábamos un duro por el toro y entonces fue cuando
Ponce con su maestría habitual, se amoldó a la embestida del toro, le dio su
tiempo, sin prisas, fue acoplando al toro al ritmo que el torero le iba
marcando y consiguió una faena donde el temple estuvo presente en todo momento,
sensacional por el pitón izquierdo.
Faena que fue a más, con sabor, con paciencia y
mucha clase que caló a un público, al cual hizo se pusiera en pie tras una
sensacional tanda por el pitón izquierdo.
Finaliza la faena con unos pases de su firma, unas
ligadas “poncinas” que culminaron una obra mágica de Ponce que tras una
estocada de libro puso de nuevo al público en pie otorgándole los máximos
trofeos.
Tras un descanso por la actuación del rejoneador
Velasco en el tercero de la tarde, el maestro Ponce sale de nuevo a darlo todo
luciéndose de nuevo de capa y un quite tras el puyazo por chicuelinas ajustadísimas
y rematadas de una larga cordobesa.
Nueva faena basada en el temple y la suavidad que
imprime Ponce a la muleta, además de una depurada técnica y poder lidiador que
todos sabemos atesora este gran torero.
Vuelve a matar de certera estocada y es premiado con
las dos orejas de este buen toro.
Con el último de la tarde llegó la revolución en los
tendidos, faena del mismo modo impregnada de temple y suavidad, en este caso en
el centro del ruedo ante un toro que tomó la muleta que le mostraba el torero,
con nobleza y dulce embestida.
Mata de una certera estocada y es premiado con las
dos orejas.
Magistral Ponce esta tarde en Navas ante lo que se
puede considerar su casa. No defraudó y demostró que por algo ocupa el lugar
que ocupa en la torería actual.
El comentario habitual fue que Ponce podía estar en
los toros los años que quisiera, pues la verdad es que cada vez va a más dentro
de su dilatada carrera y no defrauda a un público que disfruta de la sabiduría
y ciencia de Ponce ante cualquier toro que lidia.
No queremos dejar atrás la importancia de su
cuadrilla, pues tanto Abraham Neiro, Jaime Padilla, Jocho, así como sus
picadores José Palomares y Manuel Quinta, como también los componentes de la
segunda cuadrilla, estuvieron sensacionales en sus actuaciones, algo también
muy importante para el triunfo de un torero.
Quisiera del mismo modo resaltar la actuación de la
excelente Banda de Música de Navas de San Juan, quienes además tuvieron el
detalle de rendir un sentido homenaje al recientemente fallecido Pedro
Carrasco, conocido taurino de la localidad. Todos los músicos portaron una rama
de romero en el bolsillo de la camisa, señal inequívoca de identidad de Pedro
Carrasco allá por donde iba una tarde de toros en cualquier lugar de la
provincia y fuera de ella.