Así
titulábamos nuestro comentario crítico de la primera de Rejones para
San Isidro 2012 en Las Ventas. Hoy primera del 2013, un llenazo rayando
el “no hay billetes” vuelve a confirmar el título. Un cartel agradable
sobre el papel, con la confirmación de Mariano Rojo, Diego Ventura y
Leonardo Hernández, para habérselas con toros despuntados -el Reglamento
los permite sin mutilar- de Doña Carmen Lorenzo Carrasco, murubes sin
degenerar, sin duda fruto de un buen trabajo, del que obtenemos como
conclusión que los objetivos no son exclusivamente su lidia de a
caballo. Conservaron pies hasta el tercio final, por lo que las
ejecuciones de la suerte de matar en sus estocadas finales encontraron
embestida adecuada, y no la de monas “zombis” tan al uso en el deformado
Rejoneo actual. Toquemos madera, que nos quedan tres Corridas hasta el final del ciclo.
Bravos
y muy bien presentados. Muy poco castigo en los primeros tercios; a un
rejón por “barba”, poco para Madrid en dónde no caben
extradimensionados. Los “capeas” conservaron pies y embestida hasta los
tercios finales. Cierto que las cara arriba; pero cuando de bravo se
trata, lógico que fijen de dónde les viene el castigo y la ofensa; todos
se colocaron por delante cortando al ser corridos en redondo; cierto
que hay que poderles, pero también hay que templarlos. Un solo lunar de
mansedumbre el lidiado en segundo lugar, primero de Ventura, pero que la
maestría de los clásicos de su cuadra y la adecuada lidia, obtuvieron
lo que de bravo ocultaba de salida.
Diego Ventura en su primero
Ventura en el que cortó dos orejas
Diego
Ventura llega pleno a San Isidro. Ha perdido otro gran caballo torero,
Califa; de último tercio y de los que cargaban la suerte, encontrando en
Colorao al sustituto ideal, coautor de dos estocadas traseras, cierto -moda imperante a corregir- que le permitieron tras dos buenas faenas -mejor
la del primero- oreja y dos orejas. Nazarí impresionante asumiendo la
responsabilidad de la lidia y templado del manso en cuestión; Milagros
una yegüita de buena alzada que viene a recordarnos a Distinto y la
reaparición de Morante, el de los perniciosos “bocaítos”, como signos
novedosos. Hay que hacer mención de Pegaso, el que aunque lucido en ocasiones, desbordado; no fue su mejor día.
El joven rejoneador Mariano Rojo en el de la confirmación
Paseó una oreja de su segundo toro en Madrid
Mariano Rojo vino a confirmar su alternativa a las Ventas con más ilusión que preparación; el compromiso de las Ventas -algo
temprano- le ha cogido a la cuadra sin alcanzar la óptima confianza. No
obstante en los primeros tercios se ha desenvuelto bien, en uno
corriendo por delante y en el otro en caracoleo sin excesos; Requinto y
Avatar, negro y tordo respectivamente las monturas. Mata muy bien en
ambos, con Mesut en el de la alternativa y con Azorín en el segundo para
una oreja. Destacar a Mozart un tordo de lazos azul y oro, que demostró
una gran firmeza en el segundo, con aproximaciones a la raya en los
medios aguantando y entregado al cargar la suerte al ajustado paso por
el pitón.
Leonardo Hernández se fue sin trofeos
Sin sus caballos estrellas se mostró menos seguro
Leonardo Hernández, muy preocupado -tal
vez en exceso- por la ausencia de su cuadra titular, retenida en México
por cuestiones de Oficialía Legal, y con la pérdida de confianza que
ello supone, aún y pese a contar con caballos veteranos y con oficio que
quedaron en España, como Amatista en primeros tercios y Olé en
Banderillas, éste en los dos toros, asumiendo la responsabilidad de la
tarde. Me gustó sobremanera el alazán árabe Titán,
por más señas careto y cuatralbo; un bellezón expresivo que no debe
olvidar cara a futuros compromisos. Silencio y silencio en ambos, con
algunas palmas de los incondicionales, tras rejones de muerte de buena
ejecución y descabello en ambos toros.
Texto.- José Olid. Colaborador de Granada Costa para de Carafalco y Oro. Fotos.- Muriel Feiner
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