Estoy completamente convencido que se podría criticar a los Blogs y a muchas opiniones que en ellos se vierten cuando la profesión de periodista -en lo que a toros respecta- se ejerciera honradamente y todos los que la componen lucharan en defensa de la verdad; pero pregunto, por lo general ¿se realiza con verdad?
La falta de rigor informativo carente de verdad y el peso que poco a poco van tomando los Blogs son motivos suficientes para muchos quien trata de “intrusos” a muchos de los blogueros que forman este espacio cibernético ¿Y por qué lo de intrusos?, muy fácil, se han dado cuenta de la verdadera función del aficionado, el uso y alcance que de la misma hace, siendo algo que no interesa a muchos de estos “mercaderes” que lo que menos hacen es informar y si preocuparse de estar “apegados al sistema”, un sistema plagado de maestros del eufemismo manipulando el lenguaje y consentidores de una Fiesta en profundo declive, manifestándose sin pudor alguno por el mero hecho de tener un aceptable “share” a festejar indultos manipulados, conceptuando al toro aborregado de nobilísimo, justo de presencia al que no tiene trapío alguno, no haciendo jamás alusión alguna al desmoche descarado y generalizado. En cambio en los blogs, es todo lo contrario, pero no interesa.
Cualquier aficionado conoce del mercadeo que existe en esto del toro, pero lo peor de todo es que a raíz de la expansión bloguera donde el aficionado con conocimientos básicos, medios o superiores, que también los hay -incluso más preparados que muchos de los profesionales que “comen” de esto- y editan post de auténtico interés para el aficionado, al no gustar a estos “mercaderes” intentan combatirlos; pero hay algo en lo que al parecer no han echado cuentas; y es que internet es un “empresario” que no exige titulación universitaria, másteres ni nada por el estilo; y lo más importante, no admite “impuesto revolucionario” alguno. Hay solamente una exigencia vital, no solo en el ciberespacio, sino del mismo modo en la vida real, y es el respeto a los demás.
Algo si me cuesta concebir de toda esta controversia provocada por muchos “pseudo-profesionales”, y me cuesta porque creo que el toreo en su concepción posee un privilegio que como cualquier otra manifestación artística lo convierte en singular y en lenguaje universal; como universales son las crónicas, críticas y cuantas variantes -todas informativas- podemos encontrar en este singular mundillo, me atrevería a decir que a diferencia de otras disciplinas que se rigen por un mismo canon, aquí resultan tan extensas como variados son los concepto de cada aficionado a los toros y que habría que respetar.
Como esto último no suele ocurrir, en su día cometí el acierto de dejar de leer determinadas revistas y empezar a cuestionar los fundamentos por lo que decidí hacerlo. Los encontré y entre otros aprecié que en la Fiesta si no hay pasión, el adocenamiento acaba por instalarse, por lo que volví a cometer otro acierto, el de no creer en ciertos periodistas y sus “artículos basura”, buscando la información que verdaderamente me interesa en los blogs de calidad, y aquí es donde realmente la he encontrado.
Para fomentar y hacer a la vez que otros sigan fomentando la Fiesta hay que creer en ella. Puede haber dudas, pero esas dudas nunca ocasionan desgana ni desánimo cuando se aprecia que el objetivo que se persigue es la información veraz hacia el aficionado; pero cuando se aprecia que el objetivo a conquistar no es ese, sino el impacto económico, dejando de ser una cuestión real de moralidad para alcanzar el triste objetivo de cumplir con criterios estadísticos, simplemente se deja de creer.
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