En la tarde noche de ayer sábado de conmemoró el IV memorial del
grandioso aficionado de Linares componente que fuera de la Peña Tercio de
Varas, Manuel Troya.
El acto estuvo rebosante de sentimiento en un
ambiente de lo más taurino al cual puso las notas de color la Agrupación
Musical 1875 de Linares, la cual fue fuertemente ovacionada, unas ovaciones que
con toda seguridad recibiera el homenajeado allá desde donde estuviera
contemplando la gratitud con la que el lleno del recinto, un bonito lugar como
es la Estación de Madrid en pleno corazón de la ciudad como es el Paseo de la
Virgen de Linarejos, estuvo concurrido.
En el acto, familiares como su madre, esposa, hija y
hermana muy emocionados pero con la entereza y satisfacción de recordar a un
hijo, a un padre, a un esposo, a un hermano tan querido por la ciudad que le vio
nacer. Buenas personas todos ellos, no puede ser de otra manera.
Tanto es así
que quisieron ofrecer un reconocimiento a uno de los profesores de la
sensacional Agrupación Musical, Javi Hurtado, el cual fue el artífice del
pasodoble que lleva su nombre, creador de unas notas que inconfundiblemente
salen del alma y son tan gráciles, que siempre que son interpretadas con la
sensibilidad que lo hacen estos profesores músicos, llegan al alma de Manuel.
Merecido homenaje a un grandioso aficionado a la
tauromaquia, porque Manuel Troya lo era en toda su extensión. Manuel Troya no
podía entender la tauromaquia sin la búsqueda de
la creación artística, la pasión y la verdad tanto del toreo como del toro,
entendiendo ésta como la emoción generada ya sea por medio de la bravura, el
peligro, el arrojo, la belleza o el dominio, pero principalmente por la sublime
e indescriptible vibración que brota de las entrañas del torero y del público
cuando se concibe arte en el ruedo ante un toro de verdad.
Prueba de todo ello fue la asistencia al acto de Matadores de Toros como Paco Bautista o José García "El Doctor" y los Toreros de Plata José Luís Díaz o Valentín Rivas, siempre presentes en cuantos actos taurinos se celebran en esta torera ciudad.
Son sólo algunos aficionados como
Manuel, quienes tienen el privilegio de
haber nacido con el don de comprender el arte, Manuel fue uno de ellos, porque
Manuel Troya tenía como ideal en el torero precisamente dominar al toro generando
emoción, la cual trasmitía a quienes estábamos a su alrededor, siempre, todo
ello desde el máximo respeto a nuestra grandiosa Fiesta de Toros.
Decía que había quienes torean
bonito y generan placer visual, los había quienes emocionan por el arrojo y
valor, pero que torear con arte era otro tema de mayor profundidad tanto en el
concepto como en el sentimiento. Que el arte en el toreo duele, es
atemporal, desgarra e hipnotiza, a unos los toma por sorpresa, benditos, ya que
tienen la sensibilidad y con el toreo la descubren. Hay quienes lo saben y
están en la constante búsqueda de esa sensación única, que no se puede
reemplazar, no se puede confundir y no se puede tomar a la ligera. Que el toreo es una
profesión muy selectiva en cuanto a la dureza del oficio.
Manuel, tú
atesorabas todos estos conceptos y lo más importante; los trasmitiste a quienes
te conocimos.
Por todo ello
desde este programa de Tendido Diez, nuestro recuerdo y agradecimiento a tu
afición, a tu dedicación; pero sobre todo, a tu persona, a la gran persona no
que fuiste, sino que eres, porque los que son queridos y recordados jamás se
marchan de nuestro lado. Para ti, torero.