domingo, 1 de abril de 2018

CURRO MORENO TIENTA EN LA FINCA "EL COTILLO"



A Curro se le nota que aunque tiene un torero muy personal, los entrenamientos diarios con el torero de Úbeda, Juan Antonio Millán, lo convierten en un novillero distinto; y eso es algo que el buen aficionado advierte.
Curro Moreno a pesar de haber tenido unas becerras muy exigentes y con cuajo, pudo escuchar unos ¡oles! con torerísimo eco campero que solo suenan en las grandes faenas, esas que llegan de verdad y con fuerza al corazón; unas faenas de las que hacen pasar una tarde emotiva donde pudimos presenciar ese toreo con sabor distinto que resulta el toreo campero, toreo muy distanciado de lo que es una tarde de toros; aquí es donde el aficionado puede apreciar las distancias a las cuales hay que poner al caballo las becerras para que demuestren su bravura, la habilidad del banderillero de confianza que trae el propio matador para sacar a las reses del caballo y ponerlas de nuevo en suerte donde el ganadero ve conveniente. A continuación el joven novillero comenzó una lidia que nada tiene que ver con las realizadas en las plazas de toros, tras elegir el terreno más apropiado, el torero va afianzando a la vaca para que esta tome los engaños con dulzura y pureza, empezando con muletazos cortos y suaves para poco a poco finalizar exigiéndole y llevándola larga y poder ver su nobleza y bravura si la tiene.

 El piquero Julián Urrea









 El novillero baezano, Curro Moreno

Becerras exigentes como he dicho, que solo en manos de un buen torero, dan como suele ser habitual esa nobleza y dulzura que tanto tienen las reses criadas en  “El Cotillo”, las cuales ya podemos catalogar de  “Puro Collado”.