En tarde de intenso calor y a pesar de la polémica
creada en la ciudad de Bailén por el anuncio de la celebración de un festejo
taurino, al igual que ocurriera en aquel 1808 donde las tropas francesas
capitularon a los pies de este heroico pueblo compuesto por hombres y mujeres
de auténtico pundonor; el taurinismo de esta gloriosa ciudad hizo sucumbir a su
principal enemigo sin gritos, sin alharacas, sin ruidosos y molestos
instrumentos de fétido aire, sin insultos; sencillamente lo hizo acudiendo a
este evento que es y será por siempre una de las señas de identidad de un país
plural, libre y sobre todo democrático, como siempre lo ha sido, incluso en
épocas ya creídas olvidadas si no fuera precisamente por ciertos sectores que
intentan poner vallas al campo, imponiendo unas ideas un tanto avasalladoras.
Las expectativas se cumplieron y con algo más de
medio aforo cubierto hicieron el paseíllo ante un público que estuvo desde el
primero momento con los toreros; el caballero rejoneador Juan Manuel Munera y
los toreros Marco Antonio Gómez y Adrián de Torres para lidiar dos novillos de
Arucci para caballo y cuatro de José Luís Pereda para lidia ordinaria.
Bailén que entre otros de sus aspectos sociales
posee una brillante Banda de Música, ésta amenizó el festejo interpretando unos
magistrales pasodobles siempre que fue solicitada por un público ferviente en
una tarde que quedará en el recuerdo.
Todo estuvo bien organizado y quisiera resaltar al
Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil que con un buen número de efectivos
cuidaron en todo momento ante la manifestación autorizada a los no partidarios
de eventos taurinos, que todo el evento transcurriere con la máxima garantía de
seguridad, como siempre lo ha sido, nuestra Guardia Civil Española cumplió
fielmente su cometido.
Hay que resaltar de mismo modo a la Presidencia del
festejo, un Palco que estuvo presidido por el Excmo. Señor Alcalde de la Ciudad
D. Luís Mariano Camacho Núñez, el cual aún siendo la primera vez que presidía
un festejo de toros, el asesoramiento taurino de un grandioso aficionado de
Bailén como es Antonio Moreno “Niño de Encina” y el excelente veterinario Juan Antonio Marín
Bautista, brillaron a buen nivel, accediendo a las peticiones de quienes deben
juzgar y otorgar el premio que así ve oportuno, sin duda, el aficionado.
Los toros lidiados, de excelente presentación, con
cuajo, cara y romana. Resultaron nobles y bravos en términos generales y sin
temor a equivocarme hubo toros que rondarían los 470 kilos de peso, si esto lo
vemos desde la perspectiva de haber sido lidiados en una plaza de toros
portátil, cualquier aficionado puede entender perfectamente de lo que estoy
hablando.
JUAN MANUEL
MUNERA.-
El joven rejoneador de Villarrobledo estuvo sensacional en las dos reses
lidiadas. Demostró su magistral doma con los caballos y hay que decir que
literalmente toreó a caballo.
En su primero al cual mide muy bien de salida le
coloca un acertado rejón de castigo, continúa dejando llegar mucho al toro a la
cabalgadura y de frente ante el astado coloca unos pares de banderillas
sensacionales. Munera pone en valor a su cuadra y con un alto nivel en la doma
coloca banderillas cortas y claveles llegándole mucho al animal. Bien con el
rejón de muerte, siendo premiado con la primera oreja del festejo.
Apoteósica actuación en su segundo, con el que
estalló de nuevo la revolución en Bailén. En este novillo sale literalmente
toreando con la grupa del caballo y coloca un rejón de muerte en todo lo alto.
El novillo de Arucci muy bravo ante el que Munera montando a “Panamá”, un
caballo que es nieto del famoso “Cagancho” de Pablo Hermoso, hijo de una hija
del mismo; Munera puso la plaza boca abajo al dar con la grupa del caballo unos
auténticos muletazos pegado a tablas y rematando con un coletazo interpretando
el mejor de los pases de pecho. Cita y coloca perfectamente al novillo en los
medios y de frente dando quiebro a la res coloca unos magistrales pares de
banderillas, largas y cortas para rematar la faena colocando los típicos
claveles a dos manos dirigiendo al caballo atándose las riendas a la cintura,
espectacular este Juan Manuel Munera al que intuimos un grandioso futuro en
este Arte de Marialva. El fallo con el rejón de muerte le priva de los máximos
trofeos, los cuales ya tenía ganados y es premiado con dos merecidas orejas.
MARCO ANTONIO
GOMEZ.-
El torero de Alcalá de Guadaira ante su primero, un toro noble y que humilla,
lo recibe en el tercio templando muy bien con el capote.
Excelente puyazo de Antonio Martin Campos, que además de piquero es un extraordinario ganadero de la provincia.
Toro de calidad al que el torero sevillano templa y
lleva bien enganchado en la muleta. Mucha calidad la de este toro con el que
Marco Antonio por el pitón derecho, el más potable del animal, compone unas
tandas de auténtica calidad, rematando con ajustados pases de pecho. En unos de
estos remates, el niño Juan María Guzmán, participante en el programa de
sevillanas de Canal Sur interpreta desde el tendido un fandango al torero que
hace enloquecer al público asistente; y es que cuando el arte se funde con más
arte, la obra resultante es inenarrable. Suerte suprema fulminante y premiada
con dos orejas.
En su segundo, el toro de más cuajo de la corrida,
un toro con trapío y mucha plaza, bravo y con poder. Marco Antonio vuelve a
lancear de capote con templanza y otorga al sobresaliente Enrique Martínez
“Chapurra” la posibilidad de realizar un quite artístico, el cual lo realiza
templado y sin molestar al toro, un grandioso profesional este torero que actúa
muchísimas tardes en la temporada de Sobresaliente.
Comienzo de faena en el tercio de rodillas, el
torero a pesar de tener la Puerta Grande abierta sale a por todas ante las
condiciones de un gran toro. Sobresaliente faena por los dos pitones,
templando, llevando al toro hasta el final, un animal con recorrido que toma la
muleta con dulzura y que el torero entiende a la perfección. Un toro que va a
más y un torero que cada muletazo resulta más templado. Una muy buena faena del
torero sevillano que mata de estocada entera y vuelve a ser premiado con las
dos orejas que pasea junto al mayoral al ser el bravo y noble toro premiado con
la vuelta al ruedo.
ADRIAN DE TORRES.- En su
primero, un toro con cuajo que sale
enterándose, el torero de linares lo recoge de capote en una lidia doblándose
con el toro de forma muy torera. En el caballo cabecea ante el peto al sentir
el castigo y sale suelto.
Adrián comienza la faena de muleta pegado a tablas
instrumentado unos pases por alto muy vistosos. Saca al toro a los medios y
realiza una serie por el pitón derecho aguantando mucho la embestida de la res,
ya que sigue con el molesto cabeceo, puntea el engaño y eso como todos sabemos
resulta molesto e incapacita a que las series salgan con limpieza, así y todo
el torero linarense lo aguanta y realiza una meritoria faena, el toro no ha
servido y el torero se ha mantenido firme aún sin tener posibilidad de triunfo.
Mata de una certera estocada que es premiada con una oreja.
En su segundo, otro toro con mucha presencia, cara y
cuajo, Adrián lancea muy torero a pies juntos pegado al tercio. En el tercio de
banderillas destaca como es habitual Joselito Rus.
Muy centrado el torero en la muleta que liga
estupendamente buenas tandas por ambos pitones llevando al toro hasta muy atrás
embebido en la muleta. Adrián ha entendido perfectamente a este toro que en principio
parecía tener algún defecto en la vista y aguantándolo mucho y en cercanías
consigue muletazos de bello trazo. Adrián como es habitual ha toreado muy
templado, mucho aplomo y torería ante la cara del toro. Remata la faena
haciendo honor al “monstruo” de Córdoba con cuatro manoletinas ajustadísimas
que llegan con fuerza al tendido. Pinchazo y estocada volcándose en el morrillo
que es premiada con una oreja.
Esto fue todo en Bailén, una ciudad que le puso ayer
de manifiesto a su Alcalde que el año que viene nuevamente se debe incluir un
festejo taurino dentro de lo que son sus conocidas Fiestas Conmemorativas a la
Batalla de Bailén de 1808.
He de decir que con lo presenciado y las reses
presentadas es como verdaderamente se hace afición. Hasta el año que viene en
esta misma plaza, eso se espera.