Ayer se celebró la novillada prevista en la Feria de
Navas de San Juan, una bonita localidad perteneciente a esa parte de Jaén
denominada El Condado.
En la misma se lidiaron 6 novillos de las ganaderías
jienenses de Juan Pablo Jiménez Pasquau (1), el lidiado en primer lugar, “El
Cotillo” (3) los lidiados en 2º, 4º y 5º lugar) y Enrique Ponce (2) los
lidiados en 3º y 6º lugar.
En cartel los becerristas Juan José Romera que
sustituía al anunciado Alfonso Ortiz, Pedro Gallego, Curro Castillo, Juan
Melchor y Antonio Luís Risoto.
Extraordinarios los novillos lidiados, muy bien
presentados de cara, con trapío y cuajo. Algo de menos juego el lidiado en primer
lugar de Jiménez Pasquau aunque del mismo modo que el resto, tuvo nobleza. Los
de la ganadería de Hnos. Collado con el Hierro de “El Cotillo” bravos y nobles
pero eso sí, no siendo en ningún momento lo tan conocido dentro de la torería
como es “el tonto el bote”, fueron novillos exigentes que pidieron en todo
momento a los novilleros estar en el sitio adecuado, medir las distancias y
sobre todo hacerles las cosas por abajo y con mucha suavidad. De los dos de
Enrique Ponce, mejor el lidiado en último lugar, un novillo que a diferencia
del resto de los lidiados, este sí dejó que lo toreasen a placer, siendo bravo,
muy noble y poco exigente, aunque bien es verdad, al final de la faena quiso
rajarse.
Pues sí, en el toreo las casualidades no existen,
por eso hoy quiero hacer una crónica, no crítica, del festejo de Navas de San
Juan. Y no quiero hacer crítica por la sincera razón de que a mi edad, habiendo
y siguiendo poniéndome delante de una res cualesquiera cuando me es posible,
tenga que escuchar, resumiendo, que hago críticas que no se ajustan a la realidad;
por lo que hoy y sin ejercer de periodista, ya que eso no es otra cosa que
escribir y que se lea lo que algunos no quieren escuchar, me limitaré a hacer
un resumen de lo acontecido desde el punto de vista de aficionado, resaltando
lo mejor y obviando lo que no fue.
Ya les he descrito lo que fueron las reses lidiadas
ayer en Navas de San Juan, en resumidas cuentas una novillada de lujo que en
manos de auténticos chavales que quisieran ser toreros de verdad, hoy
estaríamos hablando de un acontecimiento de indudable suntuosidad; pero no fue
así.
Los dos únicos chavales que demostraron querer ser
toreros fueron Juan Melchor, de Vilches y Antonio Luis Risoto de Navas de San
Juan; y así hay que decirlo hoy, en un breve plazo de tiempo será este mismo
quien nos dé la razón de lo que estoy diciendo, aún con las dudas lógicas que
puedan ocasionar los dos triunfadores de ayer, que también pudiera pasar en
este difícil mundo del toro.
Tanto Juan Melchor, un chaval que lleva muy poco
toreado y que tantas eran las ganas de triunfo que estuvo en novillero; y esto
cualquier aficionado sabe a lo que me estoy refiriendo, tan en novillero estuvo
que el pánico en la plaza se hizo presente cuando al entrar a matar a su
novillo fue prendido y al caer sobre el albero, quedó inerte, sin conocimiento,
tendiendo que ser sacado del ruedo auxiliado por las cuadrillas y dejando un
run run que como digo, no sonaba nada bien. Rápidamente fue atendido por el magistral
Dr. Fuentes y Juan Melchor muy aplaudido por el público le vimos aparecer en
busca de las dos orejas que se había ganado a ley ante el novillo nada fácil de
“El Cotillo”.
A este novillero de Vilches, aunque por su poco
rodaje y experiencia no pudimos verle cuajar una faena ligada al uso, le vimos
detalles muy toreros, tiene quietud, sentido del temple y la distancia y sobre todo
seriedad en lo que hace, algo muy importante, habrá que seguir viéndole en otras
actuaciones para ver que lo de ayer no fue casualidad.
Lo que no es casualidad es lo de Antonio Luis
Risoto, cada tarde que hemos visto torear a este jovencísimo torero de Navas,
henos podido constatar que su entrega y forma de concebir el toreo va en
aumento, despacito pero sin pausa, como debe ser.
Ayer Risoto volvió a demostrar su quietud, su rápida
visión de la distancia que hay que tomar frente a los novillos, torea con
templanza y corre la mano con una suavidad poco frecuente en un novillero que
ha toreado tan poco, pero lo que más me llama la atención es la forma tan
natural que tiene de desarrollar su toreo, esa naturalidad señores, esa
naturalidad no se aprende ni con el mejor de los maestros, esa naturalidad se
lleva, es innata en la persona y quizá sea esa, la virtud que hace que este
chaval haya dado en Navas la ilusión de que puede haber un torero grande.
Destacar también a las estupendas cuadrillas que ayer
acompañaron a todos los novilleros, “Niño de la Yedra”, “Perucha”, Mario
Campillos, “El Ruso”, Antonio Olivencia, “Ecijano”, David Lorente y el resto de
componentes que estuvieron en todo momento muy pendientes y bien colocados
sobre el albero, algo que hay que destacar y hacer constar, ellos también
forman parte muy importante, a veces hasta del triunfo de los chavales por su
forma de lidiar a los novillos, así que un aplauso para todos ellos.
Para finalizar decir que, nos quedamos en Navas sin
festejos con caballos a causa de una normativa nefasta como es el Reglamento de
Andalucía, que como siempre, la mayoría de cosas que toca esta clase llamada “política”,
lo corrompe, pero bueno, como aficionado espero que la buena clase, la taurina,
llegue a ese momento de dar un golpe sobre la mesa y ponga las cosas en su
sitio como así la sociedad española del mismo modo ponga a estos “servidores de
la sociedad” que se creen “Reyes Midas”, entonces será cuando esto funcione de
verdad. De todos modos decir que en Navas, como aficionado que es como he dicho
y he hecho esta crónica, hemos asistido a un festejo que ha valido la pena,
felicidades.