domingo, 24 de abril de 2016

FERIA DE SEVILLA 2016. EMPRESA. FIGURAS. MEDIO TORO Y 170 MÁS





Recién acabada la Feria Taurina de Sevilla 2016, se impone una reflexión de carácter general, pues los detalles se fueron desgranando en nuestras crónicas diarias que pueden leerse en la página web utaa-sevilla.
Cuando en diciembre salen a la luz las ganaderías de este ciclo, ya dijimos que tendríamos un empacho del medio toro. Una vez terminada la feria, con pesar constatamos, que no erramos en aquella consideración. Han impuesto el toro domesticado que medio se mueve en el capote y no existe en el caballo. Olvidan que la bravura del toro se mide solo en la vara, en la dificultad y no en la embestida al paso en la muleta careciendo de acometividad.
Insisten en traer Las Ramblas, El Pilar, Jandilla, Juan Pedro V. del Rio, Cuvillo, una medio buena y otra mala, Daniel Ruiz, mejor presentada que otros años, más el fracaso del hierro de la casa Tornay.
Ganaderías en  la lista negra para no volver hasta que crien el toro encastado, pero el año que viene más de los mismo.
Unicamente, un año más fueron los hierros de Victorino y Miura los que hicieron volver a la Maestranza la emoción del toro encastado, aunque hay que decir que los de Zahariche mostraron más blandura de la cuenta.
El triunfalismo ficticio nos jalea el indulto de un buen toro en la muleta, siendo el resto de su lidia de lo más normal. Nos presenta una Puerta del Príncipe con un toreo de calidad discutible auspiciado por gente ocasional, pues esa tarde desde hace muchos años los aficionados conocedores del paño no acuden a la plaza.
Ese mismo triunfalismo deja en un segundo plano la labor profunda y de toreo del bueno de Ureña, David Mora o Pepe Moral o la mejor vara al primer miura de la tarde del piquero Esquivel.
Unanimidad para airear el toreo de capote de Morante y esa media de ensueño. Para proclamar el arte de clavar banderillas de Curro Javier y Fernando Sánchez y la excelsa lidia de Ámbel Posada.
En otro plano disfrutamos con la entrega y rabia de El Juli y esa faena de muleta de Escribano a Cobradiezmos.
Lamentamos que Manzanares y Castella se afiancen en su toreo despegado sin cargar la suerte. Que el Cid no remonta el vuelo y que López Simón y Roca Rey se anuncien con el medio toro para ser ellos los que embistan ante el descaste de sus enemigos.
Con estos mimbres anuncia Carlos Crivell que solo fueron 170 los nuevos abonados. ¿Qué esperaba la empresa? Si pensaba que la vuelta del abonado a la plaza sería solamente con el reclamo de las figuras se confunden de cabo a rabo. Tienen que regenerar el espectáculo para ofrecer emoción y riesgo, volviendo el toro encastado a la plaza, variedad de encastes y carteles con competencia. Si la empresa sigue en su posición arrogante y prepotente de no escuchar al abonado, luego que no se queje de los malos resultados económicos.
Fuente.- UTAA-SEVILLA
 

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