lunes, 28 de septiembre de 2015

SR. DIRECTOR GENERAL DE INTERIOR, EMERGENCIA Y PROTECCIÓN CIVIL


La Fiesta en nuestra región al igual que en el resto del Estado pasa por una profunda crisis, a la cual por el momento no se adivina salida positiva alguna.
       A nadie escapa que el descenso del número de festejos constituye un dato más que significativo, que hasta los más optimistas valoran para estar preocupados por esta deriva que puede ser el principio del fin de la Fiesta.
       Opinión unánime entre los aficionados sobre las causas y sus causantes es que los autores no se encuentran entre los detractores políticos, travestidos ecologistas o gente que esgrime un falso progresismo. Los principales responsables de esta regresión taurina actual son los que hasta el momento  han sido sus protagonistas en todos los ámbitos, los cuales poco a poco se han hecho con el timón de la Fiesta y mediante su gestión directa y profundamente equivocada nos están llevando a esta situación con pocos visos de ver su salida.
       En toda la tramoya taurina, autores de tanto desafuero, nunca dejaron que el aficionado ejerciera como tal su papel. Solamente a la hora de pasar por taquilla y repartir lisonjas y homenajes se dejan los taurinos aproximar a los aficionados y eso siempre que por medio no exista una cierta crítica que les moleste.
        La autoridad administrativa y política por norma legal tiene intervenida la Fiesta en todo su desarrollo, pero en realidad es una intromisión más teórica que práctica. Los políticos optan por una Fiesta exenta de problemas y para ellos lo mejor es mirar a otro lado para esquivarlos. Tan pernicioso es declarar pomposamente y solo sobre el papel, la Fiesta como Bien de Interés Cultural, como dejar que su secuencia obedezca a un espectáculo más propio de la España de clavel y pandereta donde impera un triunfalismo taurino ficticio, exento de rigor y calidad.
       Parece no existir la más minima preocupación en mejorar el espectáculo para que sea atrayente a público y aficionados. Al dejarlo casi todo en manos de los taurinos tenemos la situación en la cual nos encontramos en la actualidad.
       Como en tantas cosas que rodean la Fiesta debemos mirar en el espejo de Francia, que aún no siendo la cuna de la tauromaquia, la gestión es superior que en España y por ello en ese país no existe la crisis que aquí padecemos.
       ¿Que diferencia existe entre Francia y España si los protagonistas son los mismos?
       En el país vecino existe una diferencia sustancial que es ni más ni menos la cuota de protagonismo que tiene el aficionado en las ferias taurinas de sus ciudades. Lo más aproximado a ello en España se encuentra en Pamplona y Bilbao, aún perdiendo estas plazas bastantes enteros en las últimas temporadas.
       Allí se exige seriedad en el palco, rigor en los reconocimientos, calidad en el ruedo, cumplir el reglamento y lidiar toros íntegros. Con estos ingredientes el aficionado responde en taquilla.
       Ciñéndonos a Andalucía, debemos criticar con dureza la actitud de los responsables políticos taurinos en los últimos años, los cuales han evitado cualquier contacto con los aficionados, pero se han preocupado en extremo de ir de la mano de las empresas atendiendo sus demandas, muchas de ellas contrarias a los intereses generales y del aficionado en particular.
       Este primer contacto con el actual Director General, no deseamos que constituya un encuentro simbólico y testimonial para oír la opinión del aficionado y después nuestros planteamientos caigan en el saco del olvido como ya pasó en tantas ocasiones años atrás.
       Si realmente el Director General evidenciara estar interesado en el ámbito de sus competencias de mejorar nuestra Fiesta, tendría siempre el apoyo leal y sincero del aficionado que es el único elemento de la Fiesta que no tiene interés económico alguno, sino que apoyado en su afición, su dinero y en la vertiente romántica que rodea a los toros, siempre le va a proponer alternativas y soluciones sin olvidar a los taurinos, pero sobre todo en bien y beneficio de la Fiesta.
       Va siendo hora que los políticos se den cuenta del poder y sentir del aficionado. No es casualidad que el abonado prefiera dejar el abono y quedar en casa. El hartazgo y el desanimo se está generalizado.
       Bien es verdad que el Director General no puede ni debe intervenir en algunos aspectos que afectan a la Fiesta, pero en otros campos colaterales de suma importancia que son de su competencia, debe tener una participación más que activa, y es por eso, que para intentar mejorar la calidad de los festejos y recuperar la dignidad y el prestigio que gozaron los cosos andaluces, le reiteramos una vez más algunas reivindicaciones nuevas y otras que durante muchos años fueron olvidadas por sus antecesores.

RIGOR EN EL TORO Y EN EL ESPECTÁCULO
       El toro de lidia debe ser el eje de la Fiesta. En estos tiempos no lo es. El toro es manipulado en su selección para adormecer su casta y presentar  en la plaza una nobleza excesiva y un comportamiento previsible que hace su lidia monótona y ramplona en la mayoría de los casos.
       El toro debe entenderse como una creación del ganadero colmando sus pretensiones de aficionado, para dar satisfacción al que paga y mantener un espectáculo de emoción y riesgo. Nunca debe criarse el toro al gusto de los que figuran en la cabeza del escalafón. Esta política taurina hace que sobrevivan pocas ganaderías y lleva a la ruina a muchos ganaderos desapareciendo encastes emblemáticos.
       Sin toro íntegro desaparece el espectáculo integro y entonces el arte taurino se convierte en una sucesión de secuencias que no produce en el espectador esa emoción que tiene que dar el comportamiento del toro.
       Es urgente y necesario recuperar el toro. Éste debe criarse acorde a su encaste y en su selección debe primar la casta y fuerza en toda su extensión.
       En la actualidad las estadísticas nos muestran un descenso cada vez más acusado del número de festejos. Los taurinos argumentan razones económicas de diversa índole, falta de figuras y otros argumentos que aún incidiendo en parte en las causas de la regresión taurina, son cuestiones que  ni mucho menos son las más principales. La verdadera razón del descenso de festejos es la escasa atracción que en la actualidad ofrecen las corridas de toros a los aficionados. Se ha cercenado la emoción y el riesgo por quienes tienen que ofrecer pureza en la lidia y competencia sana en los despachos y en el ruedo.
       Las temporadas se programan para que el pastel sea engullido por seis o siete toreros los cuales manejan a su antojo empresas y ganaderías. El resto de los profesionales del escalafón tienen que conformarse con las migajas que les quieran dar.
       Se tiene que recuperar el arte taurino del toro encastado y del torero capaz de emocionar con personalidad propia y componer faenas imprevisibles llenas de estética, valor y técnica. De continuar por este camino, poca influencia tendrán los “antitaurinos” y los políticos  para acabar con la Fiesta. Son los que viven de ella los responsables de tanto desafuero y de aplicar aquello de “pan para hoy, hambre para mañana”.
       La solución pasa por regenerar el toro y el espectáculo. Sin estas premisas, todos los apartados que a continuación se exponen sirven de poco. Por ello es urgente que todas las partes implicadas y con intereses en este entramado se convenzan de volver a una Fiesta plena donde por encima de todo primen los valores tradicionales de la tauromaquia en toda su extensión.


LA POLÍTICA Y LOS TOROS

       La ingerencia de la política en parcelas que no le corresponden perjudica mucho, pero si encima esta intromisión es llevada a cabo por advenedizos poco preparados y aún menos aficionados, es otra causa del mal desarrollo de nuestra Fiesta.
       No es admisible que el espectáculo se regule con un reglamento en cada comunidad. Hay que sumar esfuerzos. No dividir para satisfacer cuotas de poder mal entendidas.
       El trasvase de competencias de Interior a Cultura será positivo si se hace bien y sin caer en soluciones mas teoricas que prácticas. Es tiempo de  dar respuestas rápidas y efectivas alejadas de posturas demagójicas que no conducen a nada. Exigimos políticos responsables a la vez que aficionados comprometidos.
        
      


RELACIÓN FLUIDA DELEGACIÓN DEL GOBIERNO-AFICIONADO
       Designación por parte del Director General de una persona responsable competente en asuntos taurinos que ejerza de enlace permanente con el aficionado y la administración para canalizar problemas y propuestas que afecten y mejoren la Fiesta.


DESIGNACIONES DE PRESIDENTES
       Este es un problema ya antiguo, el cual se ha tratado siempre con demasiada ligereza, pues el político siempre estuvo en posiciones más próximas a los taurinos que a los aficionados para designar presidentes de plazas de toros. No es de recibo aquello de tener únicamente en cuenta lo de “aficionado de reconocido prestigio”.
       El prestigio de un presidente debe ganarlo presidiendo y para ello la única manera es, primero ser aficionado, después muchas horas de callejón, reconocimientos y palcos de plazas de tercera, segunda y si su trayectoria es positiva acceder a presidir en plazas de primera.
       El prestigio se demuestra andando y nunca dando un salto desde un tendido al palco.


DESIGNACIONES DE VETERINARIOS
       Estos nombramientos  deben seguir un planteamiento similar a los de presidentes. Su labor es fundamental para erradicar el fraude. Por ello debe tenerse en cuenta que el veterinario no puede tener vinculación alguna con intereses económicos y empresariales taurinos.
 Su ocupación profesional debe gozar de la más absoluta independencia y alejada del mundo taurino. Venimos denunciando desde hace varias temporadas algún caso de incompatibilidad de un veterinario que en este sentido afecta a la plaza de toros de Sevilla y sin embargo este facultativo continúa actuando.
Proponemos sean los Colegios Oficiales de Veterinarios de cada provincia y solo ellos, los órganos que propongan a los Delegados de Gobierno los facultativos veterinarios mas aficionados y mejor preparados para ejercer funciones en las plazas de toros andaluzas

APLICACIÓN DEL REGLAMENTO
       La norma taurina se dictó para su aplicación. Cuando se hace pública todos los años la memoria de la temporada taurina en Andalucía contemplamos el escaso rigor de presidentes y delegados a la hora de proponer sanciones sobre conductas que afectan sobremanera a la lidia.
El espectáculo debería conservar en igual medida la tradición en su desarrollo, y al mismo tiempo observar los requisitos reglamentarios que mantengan seriedad y rigor. Los Delegados de la Autoridad son los responsables de la aplicación del Reglamento. Nunca deben anteponer intereses empresariales o taurinos al interés general del espectáculo y a la defensa del aficionado.
       No pretendemos ser aficionados reglamentistas que pretenden sancionar sin tener en cuenta las incidencias muchas veces imprevistas de la lidia, pero cuando con clara intencionalidad y sin ningún motivo algún actuante infringe la norma debe sancionarse su conducta.
       Con las cifras este año y los anteriores es evidente que esto no ocurre.

SUERTE DE VARAS
       Esta bella suerte de la lidia donde se pone de manifiesto las condiciones de casta y bravura del toro prácticamente se ha perdido o se ejecuta de forma simulada o simplemente no existe.
       Si aceptamos como argumento, que es mucho aceptar, que el toro actual no aguanta dos varas, no podemos aceptar que la suerte se realice cual capea de pueblo con lidiadores situados a ambos lados del caballo, capotes extendidos moviéndose de un sitio a otro, toro puestos en suerte superando la raya de menor diámetro, taparle salida al toro y así otros muchos resabios que impiden a los aficionados el derecho que tienen a contemplar la suerte de varas y por ende a medir y valorar la casta y bravura del toro.
       Los presidentes deben ser rigurosos exigiendo a los lidiadores ejecutar correctamente la suerte de varas y de no ser así proceder a tramitar propuestas de sanción.
       Posibles soluciones. El aficionado opta por mejorar la selección y crianza del toro para que sea posible la ejecución de dos varas. Existen ganaderías que así lo hacen y se demuestra en las plazas. Otras opciones pasan por aminorar el daño de las puyas, pero esta solución daría lugar a perpetuar aún más el medio toro que se lidia en la mayoría de los festejos y mantener la simulación de la suerte de varas.


TRAPÍO DE LAS RESES
       Cuando se hacen público los carteles de cualquier plaza, el aficionado con muy pocas probabilidades de confusión sabe de antemano los hierros anunciados que tendrán problemas en los reconocimientos.
 Son los hierros que torean las “figuras”.
A pesar de ser rechazados muchos de estos toros, los que salen al ruedo no presentan trapío adecuado para la categoría de la plaza.
       Presidentes y veterinarios no deben temblar a la hora de exigir trapío acorde con la categoría de la plaza y nunca sentirse presionados ante el planteamiento que en ocasiones aducen los taurinos de turno de suspender la corrida. Es una posibilidad que en caso de presentarse, una vez bien explicados los motivos, la decisión de suspender sería digna de aplauso.
       Por otra parte resulta inexplicable que señalando en el campo las reses a lidiar se rechacen toros por falta de trapío. Esta cuestión debe ser explicada puntualmente por los presidentes.

COMPARECENCIA DE PRESIDENTES
       Creemos necesario y conveniente que al finalizar cada festejo, caso de existir polémica en sus decisiones, el presidente actuante se persone en la sala de prensa de la plaza para aclarar a los medios informativos todos los pormenores de interés sobre la corrida que acaba de finalizar.
       Los aficionados tenemos derechos, mediante esta política de apertura informativa, a conocer los detalles de los reconocimientos, secuencia del festejo, análisis post-morten y propuesta de sanciones.

CALLEJONES
       Esta zona de las plazas se podría calificar como “banco de trabajo de los profesionales” al mismo tiempo que lugar imprescindible para preservar su seguridad.
       Exigimos que los callejones no sean invadidos por personas ajenas al espectáculo y que sea el Delegado de la Autoridad y nunca las empresas quien controle a su antojo esta importante zona de la plaza.
  
ADECUACIÓN DE TENDIDOS A NORMATIVA VIGENTE
       El reglamento taurino andaluz en su redacción recoge la adaptación en unos plazos ya vencidos, de las plazas de toros históricas a la norma vigente.
       En este aspecto consideramos fundamental y urgente adaptar los tendidos de las plazas para dotarlos de escaleras suficientes que permitan un acceso cómodo del espectador a su localidad y rápida evacuación en caso de necesidad.
       Este problema, que en concreto existe en Sevilla, se puso en conocimiento en su día de la Delegada Sra. Tovar, pero fueron atendidos una vez más los argumentos de la empresa antes que los aficionados, en el sentido que modificarían los tendidos de sol cuando quisieran, aplicando una vez más la ley a su antojo, a pesar de resolución favorable a los aficionados del Defensor del Pueblo andaluz
       En este sentido solicitamos la aplicación del Real Decreto 2816/82 de 27 de agosto (REGLAMENTO GENERAL DE POLICIA Y ESPECTÁCULOS PÚBLICOS DE ACTIVIDADES RECREATIVAS), capitulo II, sección I, art. 28.2.4, que textualmente indica que “los pasos centrales o intermedios serán cuando menos de 1,20 metros de ancho y entre dos pasos el número de asientos de cada fila no podrá ser mayor de 18 y además por cada 12 filas deberá existir un paso con el ancho señalado en el párrafo 2”.
       Sería responsabilidad de la empresa y de la Delegación del Gobierno como garante de la seguridad de los espectadores y de la aplicación de la ley, si ojala no ocurra, suceda alguna avalancha que produzca efectos no deseables.
Este reglamento se aplica en la plaza con un rigor excesivo a los espectadores en cuanto a prohibiciones referidas a las bebidas, a maestrantes, palco de presidencia y asistentes en el callejón, a los cuales se permite usar vasos de cristal y botellas con tapones.
       Una vez más contemplamos dos varas de medir y exigimos en la presente temporada que la ley en la Maestranza y en todas las plazas sea igual para todos.        

REVENTAS
       Esta lacra es una práctica que perjudica y altera artificialmente el precio de las entradas e instamos a tratar de erradicarla tajantemente, pero en las últimas temporadas se han recibido quejas en las Uniones de Abonados por parte de aficionados, que sin ánimo de alterar el precio de la entrada y sin pertenecer a esta mafia que rodea la mayoría de las plazas, necesita vender alguna entrada suelta A SU PRECIO, por motivo de que algún amigo o familiar a última hora no puede asistir a la corrida.
       La Policía Adscrita a la Junta de Andalucía debe actuar y saber diferenciar perfectamente un caso del otro, sancionando solamente las conductas que se demuestren con claridad de que se trata de obtener beneficio alterarando el precio de una entrada.

CONSEJO DE ASUNTOS TAURINOS DE ANDALUCÍA
       Este órgano de representación de todos los sectores taurinos no puede estar inactivo casi diez años como ha sucedido. Debería funcionar como un ente vivo que aborde de forma urgente los actuales problemas, resolviendo los mismos con el mayor consenso posible, sin olvidar recuperar los pasos perdidos que propician el declive actual del espectáculo.

LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y TRADICIÓN
       La Dirección General ante cualquier manifestación de expresión taurina en una plaza de toros, siempre que se realice respetando la norma legal, las personas, y los límites que dicta el código penal, debe garantizar y proteger esta posibilidad de ejercicio por parte del aficionado, ya que ello afecta a uno de los derechos fundamentales recogidos en nuestra Constitución.
       No entendemos posible exponer argumentos de índole menor para justificar una represión ilegal de la libertad de expresión en la plaza de toros de Sevilla.

CONCLUSIÓN


       Expuestos los temas que preocupan a los aficionados, resaltamos a modo de conclusión, que desde las competencias de la autoridad se pueden mover muchos resortes para mejorar la calidad del espectáculo y sin necesidad de modificar la actual legislación taurina. Es cuestión de implicarse y de enfocar los asuntos teniendo como norte al aficionado y el espectáculo.
       Por ello consideramos de vital importancia emprender acciones urgente para:
      
       DOTAR DE MAYOR RIGOR REGLAMENTARIO AL ESPECTÁCULO.

       ESTABLECER UNA COMUNICACIÓN FLUIDA Y PERMANENTE ENTRE LA AUTORIDAD ADMINISTRAIVA TAURINA Y EL AFICIONADO.

       DESIGNAR  PRESIDENTES ATENDIENDO A SU AFICIÓN Y PREPARACIÓN DESDE PLAZAS DE MENOR A MAYOR CATEGORÍA.

       DESIGNACIONES DE VETERINARIOS TAURINOS A PROPUESTAS DE LOS COLEGIOS OFICIALES DE VETERINARIOS.

       APLICACIÓN DEL REGLAMENTO TAURINO. ESPECIAL ATENCIÓN AL FRAUDE EN LA INTEGRIDAD DEL TORO.

       IMPLICACIÓN DE PRESIDENTES Y DELEGADOS PARA QUE LA SUERTE DE VARAS SE REALICEN CONFORME AL R.T.

       EXIGIR A PRESIDENTES Y VETERINARIOS TRAPIO DE LAS RESES CONFORME A LA CATEGORÍA DE LA PLAZA.

       REGULAR COMPARECENCIAS INFORMATIVAS DE LOS PRESIDENTES.

       EXIGIR CALLEJONES EN LOS CUALES SOLAMENTE PERMANEZCAN LOS LIDIADORES Y PERSONAS IMPLICADAS DIRECTAMENTE EN EL ESPECTÁCULO.

       ADECUACIÓN DE LOS TENDIDOS DE LAS PLAZAS A LA NORMATIVA DE SEGURIDAD ACTUALMENTE EN VIGOR.

Sevilla, 18 de septiembre de 2015
       Fdo.: Diego Martínez González
Pte. UTAA-SEVILLA
Representante de los aficionados en el CATA

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