lunes, 15 de junio de 2015

LA ESENCIA DE LINARES EN EL CAMPO CHARRO



CURRO DIAZ TENTANDO  EN LINEJO




El otro día en el campo comprendí, sin que nadie me dijera nada, los de "las bolitas" del maestro de Jerez de La Frontera, Rafael de Paula. También entendí lo que dijo el torero jerezano en una ocasión ante las cámaras de televisión a la entrada de La Real Maestranza de Caballería, refiriéndose a las tardes plomizas y amenazantes de agua; "... a mí me gusta, te templa las muñecas y esas gotas que te dan en la cara, templa las cabezas".


Algo parecido paso el otro día en Linejo. Una tormenta fuerte de primavera, con agua y con truenos de los que te encojen de lo fuerte que suenan. Cuando eso pasa y queda la lluvia esa más suave, con esa pequeña brisilla que baja la temperatura y hasta se agradece, en ese momento apareció en escena Curro Díaz. Todo se templo, todo se acompaso, y todo tomo una cadencia especial, una torería innata, que no se compra en ningún lado, que se tiene o no se tiene, y este torero la tiene y la retiene.



 


Sentí lo que hacia tiempo que no sentía en una plaza de tientas. La naturalidad, el sentimiento, la razón de hacer las cosas olvidándose de la técnica y dándole el sitio al corazón... No sería la faena más compacta y más completa que he visto, seguro, pero sí de las que más me ha llenado como aficionado. Me encanto. Torea Curro Díaz, igual que se dirige a ti cuando te habla, mirándote a los ojos, y eso no es nada fácil. El aroma de Linares llego con fuerza a la plaza de tientas de Linejo. Ojala todos los aficionados puedan disfrutarlo en las plazas de toros. Es una bendición se lo seguro.
Curro Diaz en Linejo


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