miércoles, 15 de abril de 2015

PARA CUANDO LA TOTAL COMPETENCIA DE LA FIESTA A CULTURA



Tal y como estamos viendo en muchos aspectos el desarrollo de un festejo taurino, sería conveniente que toda la burocracia pasara directamente al ministerio al cual pertenece la Fiesta en la actualidad, el Ministerio de Cultura. Se da el caso que el departamento del cual depende burocráticamente es el de Juegos y Espectáculos, cuando resulta que un festejo taurino, ni es espectáculo y mucho menos, un juego.
No refiriéndonos a ninguno en concreto, pero relatando casos mil que hemos visto por esas Plazas de Toros de Dios, diremos:
¿Para qué hacen falta los Palcos? Resulta que tenemos en el mismo a Presidentes que lo más parecido que han visto a una Plaza de Toros, es un coral de gallinas de su abuela.
El señor Veterinario, picha y corta lo que el Presidente quiera, el Reglamento contempla que el toro no apto para la lidia puede recuperarlo el “Ussía” y lidiarse, así que el dictamen de los mismos es solo a efectos informativos ante el organismo correspondiente.
Y el seños Asesor, ya es de risa, solo opinará cuendo le consulte el Presidente y éste hará lo que le indica si lo ve conveniente, o sea que como suele decirse dicho en fino, es una figura decorativa y en basto, que pinta menos que “follatabiques en Madrid”
Los Cursos Formativos de Presidentes que tanto se están fomentando, visto lo visto ¿Para qué sirven? ¿Para fomentar el fraude? ¿Para defender intereses? ¿De quién?, desde luego los del toro y los del aficionado está claro que no.

Por otro lado tenemos las Fuerzas de Orden Público en un espectáculo donde si hay alguna alteración de parte del espectador es causada precisamente por la vergüenza de ganado que autoriza el propio Presidente del festejo por la mañana en los corrales, donde le falta valor a enfrentarse a quienes mueven los hilos de las más de las veces….. “parodia”.


Tampoco se entiende el porqué de la gratuidad de una Seguridad a una empresa taurina, la cual se paga con los impuestos de un país, cuando además vemos en infinidad de Plazas a miembros de empresas de seguridad privada. Pienso que estos, acompañados de escribientes funcionarios del Ministerio de Cultura, serían suficientes, unos para la seguridad y los otros para el trámite burocrático que en la actualidad realiza un Delegado de la Autoridad en un festejo taurino, que la final no sirve para nada; no ha habido novedad, pues a archivarse.
Las tradiciones son unos valores extraordinarios y muy respetables que no deberían perderse, pero siempre y cuando se les dé el valor que hay que darles o mejor dicho, no pierdan su porqué, su significado. Tal y como está el panorama actual, ni Palco Presidencial ni Alguacilillos hacen falta en un festejo taurino. Actualmente tienen su cometido en el Reglamento Taurino vigente, pero se da la circunstancia que muchos de ellos no tienen ni repajolera idea de su cometido y, esto lo digo con conocimiento de causa, pues habiendo preguntado a muchos de ellos, la respuesta ha sido que están ahí para hacer el paseíllo porque saben montar a caballo. Aunque algunos……, ni eso.

Como aficionado a mí me importa poco como sortean los toreros, que se repartan los toros como quieran. Qué más da que uno de ellos toree los dos más grandes, otro los dos medianos y el otro los dos pequeños; como aficionado lo que me interesa es la integridad de los toros, luego ya catalogaremos las faenas, los toros y otra serie de cosas, pero ante todo integridad y menos rollos con los kilos, prefiero un toro de 400 kilos, integro y que se mueva, que un mastodonte de 600 kilos, gordo, que no pueda andar y encima pasado por las manos de un “llongueras”.


Hemos hablado de cambiar los Delegados de la Autoridad por escribientes del Ministerio de Cultura y, es que……… ¿Para qué tantas Jornadas de Formación?, aquí me limitaré a poner declaraciones realizadas por propios toreros y periodistas de importantes medios de comunicación, más que nada porque como resido en un país democrático, quiero se me respete tal decisión.
Esto lo relataba un periodista de un importante medio de comunicación de este país y ocurría en la Plaza de Toros de la capital, Jaén, de 2ª categoría: “¿Tú crees que puedes sacar a cinco personas de un burladero para cambiar a una de ellas a otro, mientras está saliendo un novillo, al que citan justo desde el burladero que está delante del nuestro?. Si salta ¿Qué pasa?

Y esto el relato de un grandioso profesional del toro: Un día D en un pueblo P en un sorteo.... Delegado Gubernativo (guardia civil en este caso): G.C: Vamos a sortear! Acuden las cuadrillas y comienzan a deliberar para hacer los lotes, mientras, el susodicho, coge un folio, lo corta en 6 pedazos y escribe en cada uno el número de un toro, los lía el mismo y dice: Venga el sombrero del mayoral. Al oír esto las cuadrillas dicen, sin haber prestado atención a lo que el G.C. estaba haciendo: Le damos los lotes? G.C.: ¿Cómo? Banderillero: que si le decimos los números de los toros de cada lote para sortear, como usted ha dicho?. G.C.: No, ya están aquí apuntados los números de cada toro, solo falta que cojáis los dos papelitos cada uno. Miradas incrédulas de unos a otros, sonrisas, que no risas (por la chulería del mismo y la actitud que tuvo en todo momento) y un banderillero le explica que el sorteo se hace con tres papelillos, y que en cada uno de ellos van los números de dos toros que previamente las cuadrillas han decidido enlotar así por cuestiones diversas, a lo que el G.C. responde con un ¿Ya vais a empezar, como siempre, dando por culo? Vamos a mí, me vais a decir ustedes como se hace un sorteo, que me han salió los dientes en esto? Llegados a este punto es cuando se olvida uno de los galones, del cargo y de su p... m... y le dice que o se baja del burro o va a torear él, porque a ver si va a decir cómo hay que coger el capote y las banderillas y como tiene que subirse al caballo un picador.
Dimes y diretes, que por suerte se solucionan por la vía casi criminal y después de que el susodicho hiciese como 10 llamadas de teléfono, para asegurarse de que no lo estábamos engañando. Y de esas unas 200 más.

Podemos seguir, hay historias mil; pero lo haremos en otro post para que no se haga muy largo.