El
maestro sevillano Diego Puerta recibirá a título póstumo -falleció el
30 de noviembre de 2011- la primera de estas preseas que según la
costumbre no escrita iniciada en 1996 siempre habían tenido un sitio
para el arte del toreo.
De las (posibles) Medallas de las Bellas Artes
Por Álvaro R. del Moral
Oro para empezar y terminar un año. Aunque algunas tribunas ya habían arremetido contra el ministro Wert
por dejar a la fiesta de los toros fuera del reparto de medallas de las
Bellas Artes, aún había dos guardadas en la talega del ministerio de
Cultura con nombre de matador de toros. La noticia se fue confirmando
sin que sonaran las doce campanadas que han dado matarile a este año,
por tantas cosas, tan aciago. El maestro sevillano Diego Puerta recibirá
a título póstumo -falleció el 30 de noviembre de 2011- la primera de
estas preseas que según la costumbre no escrita iniciada en 1996 siempre
habían tenido un sitio para el arte del toreo. Todo comenzó con la
concesión de la primera medalla al Mérito en las Bellas Artes al gran Antonio Ordóñez, que inauguró una lista en la que, como en botica, ha habido de todo.
Ojeda está
en todas las quinielas. El genial rondeño había recibido la Legión de
Honor de Francia sólo un año antes. Y en el pais vecino, una vez más,
nos daban sopas con honda en el reconocimiento de la Tauromaquia como
hecho cultural y, sobre todo, como vehículo de expresión artística. El
hipotético olvido de la gente de coleta -que parece haber sido subsanado
con sorprendente y solvente celeridad- habría llegado en un momento muy
inoportuno para una actividad que se encuentra en su particular
travesía del desierto, resistiendo a duras penas esos vientos
abolicionistas a los que no siempre ha sabido responder. La conquista
del Ministerio de Cultura por parte de las huestes del toreo -más alla
de su mero valor simbólico- ha sido una de las victorias más decisivas
de ese extinto G-10 que se atascó en otros fangales que se han quedado
como estaban después de ese indisimulado fuego cruzado que ha salpicado a
toda una profesión que escenificaba su irresoluble desunión. En esta
tesitura debemos felicitarnos por ese nuevo rumor que aunque aún no es
noticia señalaría a matador sanluqueño Paco Ojeda como propietario de las segunda medalla destinada al toreo, tal y como avanzó Pedro Javier Cáceres
en Onda Cero. La concesión no se oficializará hasta el próximo Consejo
de Ministros aunque el nombre del genio sanluqueño sería el más
rutilante y lograría la absoluta unanimidad del planeta de los toros.
Sea como fuere, el Ministerio no habría dejado este año cabos sueltos:
al resto de candidatos barajados no les faltaría potencial: estaríamos
hablando de Manuel Benítez El Cordobés, Ángel Peralta, Palomo Linares o César Rincón. Así sí.
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