Son de esos días que el
cuerpo te anuncia que algo va a ir bien; y así ha sido, pues ayer, apesadumbrado
por un lado, por la falta de decisión al ponerme últimamente delante de las
becerras y por otro, la preocupación de la intervención del novillero de
Linares que viene conmigo a los tentaderos y que tan amablemente el señor ganadero
le ha abierto sus puertas, Jesús Llobregat; la verdad que la preocupación me
inundaba el alma.
Pero como digo la mañana me
anunciaba algo y hoy me encontraba pletórico a pesar de ser dieciséis de mayo,
día triste a la vez que grande en el mundo taurino, la muerte del Rey de los
toreros en las astas de “pocapena”.
Dios, que es muy grande,
nunca nos abandona y a estas horas en que estoy escribiendo ya he recibido la
noticia de que mi torero, Jesús Llobregat, ha sido el Triunfador del VI Bolsín
Taurino de La Carlota.
Por otro lado, esta mañana en
el último tentadero de la casa ganadera de los Sres. Herederos de D. Gregorio
Garzón Valdenebro he vuelto a sentirme a pesar de como he comentado, creer que
ya había llegado la hora de mi retirada como aficionado al toreo, tanto es así
que hasta al acordarme del “Rey de los toreros”, he intentado hacerle mi
particular y modesto homenaje con aquel conocido “pase de la mariposa” que tan
magistralmente realizaba y que posteriormente firmaba del mismo modo de forma
magistral, mi espejo, Domingo Ortega.
Quien bien empieza, bien termina; y un buen riego a la placita de tientas es del todo fundamental. Alberto Cisneros, mi hermano, ayudante en las tareas informativas ha sido el encargado de tan útil menester.
Día especial, claro que sí,
en muchos aspectos, hoy tentadero ofrecido por el señor ganadero exclusivamente
para los más allegados a la casa ganadera, sus queridos hijos.
Una vez “vista” la becerra por el señor ganadero, sus hijos Iñiguito y Teresita han saboreado la dulce miel de la que estaba hecha esta becerra que ha dado un juego extraordinario a todo aquel que se ha puesto delante.
Iñiguito y Teresita han
podido disfrutar de una fantástica becerra dirigidos por las sabias enseñanzas
de su padre, toda una delicia para los asistentes allí presentes.
Ya metidos en la parte
principal del tentadero hemos vuelto a disfrutar de ese toreo campero y
señorial que atesora D. Iñigo Garzón.
Una primera becerra sensacional.
La bravura en el
caballo que hoy montaba el buen caballista y piquero Carlos Écija, toda una
delicia verle citar y poner el palo en su sitio sin molestar ni hacer daño a
las becerras.
Como es costumbre en esta
casa, nadie se queda sin torear y el novillero ecijano Ortiz Montes ha estado
fenomenal en su intervención.
El torero de plata Francisco
Tornay, de nuevo ha cogido la “pañosa” y ha podido rubricar unos muletazos que
han sabido a gloria.
Gracias Dios mío, gracias señor ganadero, porque hoy he vuelto a recuperar el estado mental en que me encontraba y volveremos a estar a prueba si Dios nos da salud, para la siguiente temporada.
Broche de oro en este “final
de temporada” como es el caso, pues nosotros los aficionados, finalizamos
temporada cuando los maestros, cuando las figuras, cuando los artistas están
sumidos en plena temporada, aunque este año sea atípico.
Doblamos capotes y muletas,
limpiamos el polvo que han cogido durante los tentaderos y a esperar a otro año
si Dios nos da vida para volver a disfrutar delante de la cara de las becerras.
Ahora toca visitar la finca,
ayudar en lo posible al mayoral y hablar de toros bajo las palmeras de la
fachada del cortijo bien entrada la noche tras una calurosa tarde campera, viendo
cómo evolucionan en su crecimiento tanto toros, vacas como los becerros que ya
han sido acrotalados.
El campo bravo se disfruta
todo el año y aunque las tardes de traje campero, botos y zahones ha terminado,
comienzan las tardes de trajes de luces, machos y alamares de unas grandiosas
tardes de toros.