JUAN ORTEGA. EL TOREO ETERNO
Festival Taurino mixto donde actuó el
Rejoneador vallisoletano Álvaro
Gutiérrez y los Matadores de Toros Salvador Cortés y Juan Ortega.
Tarde agradable y buen ambiente en el nuevo coso navero, reinaugurado el pasado 26 de mayo.
Se lidiaron reses de Los Ronceles, bravos, nobles y
de buena presentación que dieron un juego extraordinario para que los actuantes
protagonizaran una buena tarde de toros.
Al 5º novillo se le otorgó la vuelta al ruedo tras
una petición de indulto de parte de los asistentes y que la señora presidenta
no accedió de acuerdo a la normativa vigente.
ALVARO GUTIERREZ: Joven
rejoneador vallisoletano al que vimos en su primero algo nervioso, algo lógico
en un profesional que empieza, sin dejar, eso sí, de demostrar la buena cuadra
que posee y la buena doma que ejerce sobre lomos de los equinos.
En su primero, un novillo noble y con codicia en el
caballo, Álvaro Gutiérrez realizó un buen toreo calvando tanto a la grupa como
al estribo banderillas largas y cortas llegando al público con facilidad. El
fallo con el rejón de muerte le priva de conseguir trofeos.
En su segundo, otro bravo y noble novillo de Los
Ronceles, Álvaro Gutiérrez ante un mejor novillo que su primero, sale con ganas
y a por todas, clava bien los rejones de castigo, sale toreando al clavar
banderillas tanto largas como las arriesgadas cortas y está muy torero al citar
de frente y quebrar en la cara del oponente. El rejón de muerte vuelve a ser su
asignatura pendiente.
SALVADOR CORTES: Bien con la
capa, recibo de verónicas de limpia ejecución.
La faena de muleta basada en la mano zurda, dominó
la novillo en todo momento, un novillo que fue bravo, noble, pero que pidió
estar muy firme ante él haciéndole las cosas con maestría, de lo contrario no
perdonaba.
El torero realizó una faena muy completa
instrumentando tandas templadas por ambos pitones y entendiendo al novillo
perfectamente.
Pinchazo hondo que dobla, cortando una oreja. El
novillo es aplaudido en el arrastre.
Con su segundo llega la apoteosis. Un gran novillo
muy bravo y con una nobleza descomunal, en novillo que fue de menos a más, el
torero supo entenderlo perfectamente y Salvador Cortés viniéndose arriba,
midiendo muy bien las distancias, dando el toque preciso, sin tirones, sin
molestar, fue el creador de una buena faena ante un novillo agradecido que del
mismo modo demostró lo que llevaba dentro.
Extraordinario este novillo de Los Ronceles que le
fue otorgada la vuelta al ruedo, siendo su matador premiado con las dos orejas y el rabo, dando
la vuelta al ruedo acompañado del mayoral de la ganadería José Fernández.
JUAN ORTEGA: Que vamos a
decir de este torero que lleva cuatro años como Matador de Toros, un torero que
ha evolucionado hacia un toreo que atesora desde siempre, pues alguna vez hablé
de él cuando he tenido la oportunidad de estar en el campo.
En Navas de San Juan ante dos novillos de diferente
comportamiento, un primero con picante que exigía hacerle las cosas muy bien,
Juan Ortega estuvo superior con un toreo de valor y entrega; aquí la espada le
juega una mala pasada y mata a la tercera dando una estocada de auténtica
escuela, es premiado con una oreja.
Su segundo, otro buen novillo con el que Juan Ortega
vuelve a demostrar la gran clase de su toreo, lances de capote con cadencia,
templados, embarcando al novillo con temple y rematando de media verónica con
mucho sabor y torería. Ortega ha llegado a los tendidos en todo momento, algo
que demuestra la gran afición al buen toreo que existe en esta localidad del
Condado.
Brinda la faena y muerte de este novillo a Marcos
Castilla, un empresario mejicano que regenta entre otras, la plaza de Texcoco.
Si bien estuvo Ortega en su primero, en este arma la
revolución, con que tranquilidad, con que finura y elegancia realiza Juan una
faena de lo más torera hasta el momento de cuanto llevamos visto en esta
temporada. Faena de empaque, torería, unos muletazos por bajo para comenzar y
finiquitar sus faenas que hacen sentir al buen aficionado al ser un toreo que
pocas tardes vemos en la actualidad.
Ahora sí, Juan Ortega remata la faena con una grandísima estocada
tanto de ejecución como de colocación que es premiada con las dos orejas.
Tarde llena de matices, buenas faenas de parte de
los actuantes, un ganado extraordinario en grado superlativo. Una Banda de
Música que sonó de Liceo, unos clarines que dieron realce al festejo y una
Presidencia de la que otras muchas plazas de la provincia tiene que tomar
ejemplo ¡eh, oiga! y dirigida por una mujer, una gran señora y gran aficionada.
Dicho queda para que otros alcaldes vayan tomando nota e incluso soliciten de
la misma su actuación. Un saludo a todos amigos.