TOROS DE GARCIGRANDE PARA
ENRIQUE PONCE, EL JULI Y TALAVANTE
TARDE MAGNÍFICA, APOTEOSICA,
ESPECTACULAR
Toros
de Garcigrande con un trapío irreprochable de plaza de tercera, pero, ¡y lo que
llevaban dentro¡.
Fueron
dóciles, bondadosos, obedientes, dulces, sumisos, disciplinados, benignos,
adiestrados, disciplinados, finos, delicados, correctos, domados, corteses,
sometidos, entregados, rendidos, respetuosos, apacibles, agradables, benévolos,
compasivos, provechosos, virtuosos, serviciales, cándidos, sensibles,
favorables, tiernos…….
Desde
aquí queremos felicitar al Sr. Luque, presidente esta tarde, que con su gran
sapiencia de aficionado ejemplar supo elegir toros con tantas virtudes, incluso
uno bajo sus responsabilidad personal, los cuales propiciaron una tarde
magnífica, apoteósica y espectacular.
Lo
hizo tan bien que rechazó cuatro toros en el reconocimiento que a buen seguro
no reunían tantas cualidades.
Con
este material bovino, dicen que Enrique Ponce se despedía de Sevilla. No hizo
nada que no supiéramos. Toreo lleno de tecnicismos a su favor, y faenas
desviadas abusando del pico de la muleta. El estimado respetable de esta tarde
no quiso dejar pasar la oportunidad de despedir al maestro de Chiva con una oreja.
El Juli entendió a la perfección todas las
virtudes de sus dos oponentes. Siempre estuvo a la altura de sus dos toros.
Toreó por ambos pitones todo su repertorio consiguiendo que el respetable
entrara en una especie de trance maravilloso. Todos estábamos abducidos. La
música maestrante era un complemento utilísimo y esencial en tanto arte y por
eso nuestro entendido presidente le concedió dos merecidísimas orejas en su
primero.
Pero
lo mejor vino después en su segundo. Poco importó que el toro no recibiera dos
puyazos a pesar de entrar dos veces al caballo. Poco importó que escarbara.
Poco importó que no acometiera. Poco importó que pasara andando por las
cercanías del maestro. Esa maravilla se trasfiguró en indulto para gloria de
nuestro presidente excepcional, del ganadero que nos hurta la suerte de
varas y del fino maestro de Velilla de
San Antonio.
De
Talavante, mejor no hablar. Se encontró desbordado por toros con esa infinidad
de cualidades, o quizás fue su manera de protestar porque esperaba dar emoción
proveniente de toros que hoy no tenían ni pizca. Cualquiera sabe.
Así
que muchas gracias Sr. Presidente por marcar el camino de una nueva tauromaquia
y de cambiar el toro bravo y con casta por el toro con la infinidad de virtudes
antes reseñadas.
Diego Martínez González. Unión Taurina de Abonados y Aficionados de Sevilla.
Diego Martínez González. Unión Taurina de Abonados y Aficionados de Sevilla.