En principio una tarde más, una tarde que como otras
tantas me disponía a realizar mi trabajo periodístico para el periódico
Úbeda-Baeza Comarcal y el programa taurino Tendido Diez de Televisión de Úbeda.
Patio de caballos, fotos, entrevistas y un buen rato
de disfrute entre tantos toreros, con muchos de ellos a estas alturas poseyendo
una amistad personal. Finalizo y como la mayoría de las tardes de toros me
acomodo en un tendido, apartado de ese lugar donde muchos dan su vida por tal
de que les vean ocupando un burladero en el callejón.
Como siempre el toro fue el principal protagonista
de un encuentro con unos aficionados singulares, entendidos, viviendo el toro
tan intensamente como natural, no en vano uno de ellos, el amigo Antonio
Andrade “Carambito” tenía a un hijo en el ruedo en las labores de torero de
plata, podrán imaginar como he dicho que les catalogue de aficionados no ya
singulares, sino especiales.
Si a esto le agregamos que son naturales de una de las
ciudades más bonitas y taurinas donde precisamente el gran José Gómez Ortega
dejó una frase que pasará a la historia “Quien no ha visto toros en El Puerto,
no sabe lo que es una tarde de toros”, podrán ustedes imaginarse el nivel
taurino de estos que ya puedo llamarles amigos.
Hay veces como esta tarde de toros que uno se
encuentra con gente tan honesta y sincera, donde uno se da cuenta que utilizan
la experiencia en mejorar su propia personalidad y calidad humana como fue el
caso ¿Y qué ocurre entonces? Pues sinceramente, que encontrándose personas así
llega un momento en la vida en que aprendes a saber quién eres, a encontrar ese
sitio tan importante en la vida como es el pedestal de la amistad; y todo
conseguido trabajando en silencio, sin esperar nada, viendo fehacientemente que
cuando uno trabaja y se esfuerza, finaliza llegando la recompensa, si, una
recompensa muy valiosa para mí como es la sincera amistad.
Muchas cosas feas se hablan de nuestra Fiesta de
Toros, es verdad, pero hay otras muchas muy importantes que la Fiesta posee, tener
el privilegio de encontrar personas como Manuel García de Quirós, encargado de
la Puerta de Cuadrilla y Antonio Andrade “Carambito”, Jefe de Personal de la
Plaza de Toros del Puerto de Santamaría, a los cuales les tengo que estar muy
agradecidos, porque del mismo modo captan la atención de la gente de en rededor
atrayendo a más aficionados, algo importantísimo para la Fiesta.
Tarde de Toros en Jaén, tarde de charla entre amigos
como si estuviéramos en animada Tertulia Taurina, pendientes en cada momento lo
que sucedía en el ruedo, sobre todo de la mano del Torero de Plata “Carambito”
y su jefe de filas, el Matador de Toros Daniel Crespo ¡Qué bien vestido iba
este torero! ¡Con que elegancia lo hizo todo! ¡Qué finura andando ante la cara
del toro!, Puerto de Santa María, Andalucía la baja le llaman, profunda la llamaría
yo, profunda como esa tinaja de vino que cría y madura uno de los mejores vinos
que poseemos en este nuestro querido país que es España, la grande, la
virtuosa, la generosa, la soleada, la tierra más bonita de Europa, la tierra
donde por desgracia muchos quieres aunque no lo conseguirán, destruir; porque
una edificación bien construida por hombres forjados en lo más duro de otros
tiempos, los cuales supieron cimentar por y para los siglos; como del mismo
modo lo hizo para el toreo el grandioso José Luís Feria Fernández, José Luis
Galloso en los carteles, quien me explicaron llevó 80 autobuses llenos desde El
Puerto a Madrid toreando una tarde siendo por entonces aún novillero ¿se puede
ser más grande como torero?. Y es que hablar como fue el caso de ese capote de
genial Galloso, de esa maestría la cual posee y de su bonhomía, créanme, no
tiene precio.
Tarde de toros, muchas tardes de toros vividas, ya
pensaba que mi emoción había llegado al límite, me equivoqué de pleno, aunque
muchas tardes me he emocionado en los tendidos, esta tarde de Jaén ha sido
crucial en mi vida, reconozco que me falta un buen trecho para considerarme un
buen aficionado a los toros; por eso cuando uno se encuentra con aficionados de
este nivel, verdaderos entendidos en toros, le penetra en el alma la seducción
capaz de traspasar cualquier frontera y por lo tanto, un carácter particular
que en muy pocos momentos de la vida te encuentras; sobre todo si a todo ello
le unimos la riqueza cultural que entre personas de distintos lugares se
comparten, una amistad comparada al puro “barroquismo”.
No me extiendo más, solamente agradecer el haberme
encontrado con estas grandes personas y sus acompañantes, me queda una cuenta
pendiente, y es, hacer un viaje a El Puerto de Santa María y poder disfrutar de
una buena tarde de toros, cante, buen vino fino y por encima de todo disfrutar
de lo más grande que un hombre puede poseer, la amistad sincera de unos grandes
amigos.