Ayer pudimos pasar otra espléndida tarde de toreo en
la Finca de Cerropelado. Las Núñez del Cuvillo de D. Iñigo Garzón volvieron a
demostrar el estado en que se encuentra este Hierro ganadero en la actualidad.
El torero invitado fue Emilio Huertas, torero
ciudadrealeño que el próximo día veintidós se vestirá de luces en la singular Plaza de Toros de Santa Cruz de
Mudela.
Bien estuvo de nuevo el señor ganadero, el cual nos
hizo disfrutar con ese toreo campero al que nos tiene acostumbrados, poco a
poco fue sometiendo a las becerras que lidió hasta conseguir esa embestida
dulce y larga que le exige a sus reses.
Se tentaron cuatro becerras que salieron
extraordinarias, pero hay que destacar la tentada en segundo lugar por la
importancia que tuvo todo lo que se le hizo, una becerra que trasmitió mucho y
a la que había que hacerle las cosas muy bien hechas si querías torear la a
placer como así hizo el torero de Santa Cruz de Mudela. Toreo pausado, templado
y largo el de Emilio Huertas, un toreo lleno de aroma y sabor que llegó a
arrancar los “bien” de todos los presentes.
Todo esto escrito, aquel quien me sigue le es
sobradamente conocido, por eso hoy quiero hablar de la importancia que tienen
también estas tareas camperas para aquellos chavales que han puesto todas sus
ilusiones en ser toreros.
Ayer pudimos ver a dos chavales, uno de cortísima
edad, su nombre es Adrián, es de Albacete, todo un niño pero con una cabeza de
hombre, en su sitio, torero, educado con todos los presentes, sabiendo estar en
la plaza, sabiendo dirigirse al señor ganadero tanto antes como después de
ponerse delante de las becerras. Adrián estuvo sensacional todas y cada una de
las veces que se puso ante las becerras, supo escuchar los consejos del maestro
Huertas y su estilo, perdónenme la comparación pero si no lo pusiera así mentiría,
en los pases de pecho del final de cada tanda me recordó al “maestro del temple”,
si claro, lo han acertado al genial, único e incomparable torero albaceteño
Dámaso González, se nota aún después de tantos retirado que el maestro es aún
ejemplo de muchos de estos jóvenes chavales que empiezan ese camino tan duro
que en su día también anduvo en estas tierras el grandioso Dámaso.
Por otra parte estuvo otro joven chaval de Écija,
tierra del grandioso Jaime Ostos, otro torero del que muchos chavales deberían
tomar ejemplo como el nombrado anteriormente. Se llama Primitivo López “El
Primi”, le vi cositas muy interesantes a este joven ecijano, pero para mi forma
de ver o de creer que debe ser una de las virtudes principales en un
principiante, es la de saber escuchar. “El Primi” como es lógico en cualquiera
que empieza una profesión se tienes sus fallos o más bien que fallos, se tiene
una idea de ver las cosas, en esto del toro, quien sabe de esto, desde fuera ve
mucho más claro lo que cada animal va pidiendo y es cuando entra la voz del
profesional encaminándole y diciéndole como debe colocarse, cuando debe
cruzarse, donde debe poner la muleta, si aquí, si allá, si más atrasada, si más
adelantada, si solo viene con la voz, si hay que darle un toque de muleta
suavito, hay que aguantarla, templarla, acompasar la embestida y llevarla hasta
el final para volverse a colocar y comenzar de nuevo o ligar si a estas alturas
de la lidia el animal lo permite, en fin, tantas y tantas cosas a la vez hay
que pensar que en mi opinión es voz desde fuera del ruedo en importantísima.
“El Primi” supo escuchar, afinó muy bien el oído y
en consecuencia vimos unas tandas primorosas por ambos pitones con sentimiento
y verdad. Aún estoy recordando la ilusión de este joven comentando que ha sido
la ganadería donde más le han dejado torear, haciéndole una faena entera a cada
becerra de las que se puso delante, eso, dice mucho del señor ganadero y como
no, del momento que como he dicho se encuentra este Hierro, el cual permite a
todo aquel que se pone delante, disfrutar y sentirse torero.
También resaltar los momentos de sabor y torería de
Francisco Tornay entrenando en la suerte de banderillas y la perfecta lidia sin
dar un solo capotazo del conocidísimo Manolo Peña, grandioso torero de plata
sevillano ya retirado. Así como el buen hacer sobre el caballo,
importantísima labor campera de Santiago Sánchez Rabadán, sensacional picador
de toros.
Y esto fue todo amigos, antes del próximo tentadero
estaremos en otras tareas camperas donde también disfruta el aficionado e
informaremos para el nuevo aficionado o al menos avezado para que conozca de
estos menesteres, un saludo a todos amigos.