martes, 31 de enero de 2017

CARTA EN VERSO A SALVADOR SANTORO





Muy mi amigo Salvador,
permíteme que en romance
dé respuesta a tu misiva,
de muy pocos al alcance,
y no lo digo por mí,
que no es tarea que me mate,
escribir algunos versos,
ni en ello se va mi tarde,
mas el ser considerado
referencia del paisanaje
y en un libro, dibujado,
donde no sobra un detalle
- sí las patas de gallo,
¡en qué Latorre pensare! -,
quedar uno en la historia,
y poder uno contemplarse,
que ese lápiz no lo borra
nadie aunque se esmerase,
es motivo de alegría
con nota de cum laude.

Así, aprovecho y digo
lo bueno que es tratarte,
que no es fácil reunirse
con gente de tal talante,
aficionada a los toros,
a Zorrilla, a Cervantes,
a la música en concierto,
a la que es para el baile,
y saber más por vez
que nos vemos en la calle,
y reconocer el carmesí
y el amaranto asociarte,
y tu gusto por la ciencia
y las tapas de los bares,
y el rechazo a la indolencia
que tenemos a raudales,
que yo no sabía tanto
- sí que naciste en Linares -,
mas me alegra conocerlo
porque todo fluye del arte,
por eso, querido amigo,
me queda felicitarte,
por la aparición en la obra,
cosa justa y magnánime,
y en el final de esta carta
- porque no debe pasarse -,
aplaudir tu generosidad
ya de amigo, ya donante,
saludando, Salvador,
se despide este vate.


Jacobo Herrera Calatayud
(Jaén, 29 de enero de 2017)

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