Hemos comenzado lo que es conocido como el invierno
taurino. Después de una temporada taurina informando de los festejos celebrados
por la provincia de Jaén, por fin hoy hemos regresado a la tranquilidad del
campo bravo, a las tareas camperas en la Finca Cerropelado de D. Iñigo Garzón
con la alegría de volver a reencontrarnos con amigos, señor ganadero, Enrique
el veterinario, Mayoral y demás amigos que nos damos cita en esta tarea campera
tan importante como el herradero.
Enrique el veterinario tomando sus notas
Manolo hace lass marcas de las orejas. Despuntada en la derecha y horquilla en la izquierda
Poniendo la marca de la Asociación
Hoy se han marcado becerros que serán lidiados en la
temporada 2019 de toros en cualquier Plaza de Toros de nuestra España, así como
las futuras madres que pasarán su examen esta venidera primavera en la placita
de tientas de la ganadería por el propio ganadero y los toreros que designe el
mismo para esa otra importantísima labor que es el tentadero, designando las
vacas que se encargarán de dar prestigio al Hierro que con tanto orgullo lucen
y que hoy se les ha designado.
Finalizado el herradero hemos dado una vuelta por la
finca, el campo está majestuoso, verde, frondoso, altanero y orgulloso que pisen
su suelo estas reses bravas de encaste Núñez del Cuvillo que poco a poco van
tomando su propio carácter, ese carácter que precisamente en los tentaderos le
imprime el señor ganadero.
He podido reencontrarme con “mi” toro, ese número 9
de nombre Pregonero que indultara en 2009 el maestro linarense Curro Díaz y que tuve el honor de dar unos muletazos, también
a los padres del toro al que le cortó las dos orejas y el rabo este año en la
Feria de Villarrobledo, en verdad resulta muy bonito acompañar al señor
ganadero y que vaya narrando los triunfos de tal o cual toro, de quien es su
madre, que podamos verla con otro retoño pegado a ella esperando a ser herrado
para disfrutar de libertad durante otros cuatro años y verlo lidiar en una Plaza
de Toros, en fin, es visitar a la propia familia y saludar a cada uno de ellos
llenándote el alma de alegría y el cuerpo de gozo.
Fernando nos ha deleitado con sus riquísimas migas
Placer para el paladar
Un placer para el alma
Al final del día ya anochecido, la charla taurina
junto a la lumbre de una buena chimenea con ese olor a leña de encina pone final
a una jornada que siempre resulta distinta, amena y sobre todo enriquecedora
para todos aquellos que tenemos el privilegio de ser aficionados a los toros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario