miércoles, 15 de octubre de 2014

TIEMPO DE CIERRE

Es tiempo de concluir, de plegar velas y buscar recreo en aquellos momentos que nutren sentimiento, corazón y entrañas de esta excepcional devoción forjada a golpe de instantes arrebatadores e indescifrables.
Mis opiniones compartidas hablan de entusiasmo y arrebato ante esos hombres que aún quedan capaces de jugarse la vida con total naturalidad por respeto a una filosofía existencial , no importa el color del metal que les atavíe. Aquí, ni el oro se mide en kilates, ni la plata en "dineros" de pura ley; pero sí en centilitros de visceralidad y armonía, afán de superación y supervivencia, miedos y pesadillas, ilusiones y pesimismos, amores y espantos. En fin, esas tantas cosas que hoy se van perdiendo en pos de una falsa y acartonada realidad que nos transporta a un mundo donde reina la hipocresía y el fanatismo de unos cuantos que no ven más allá del culto a la propia chequera.

Me declaro pues, defensora de un empeño colectivo en ser "robinsones" en el océano de la manipulación, la mentira, la estafa, del trágala y de la imposición de los intereses del taurineo.
Allá quien guste de otro tipo de "tauromaquia", con su pan se lo coman y con su cartera se lo paguen.

Detesto, igualmente, a esas "almas caritativas" que tienen la bondad de pensar por nosotros, pobres inconscientes, les auguro una pérdida de tiempo infinita, jamás los casos perdidos fueron encauzados por "la buena senda". Esos cainitas renegados que un día fueron enérgicos defensores de la docta tauromaquia y ahora osan enjuiciar nuestros apegos y devociones, nuestro tiempo empleado en la búsqueda por la inmortalidad eterna en la mayor de las artes y en la ciencia más inexacta que jamás ha existido y existirá.

No somos culpables por querer seguir soñando.
Y emocionarnos de nuevo, con un buen par de banderillas, de los de poder a poder, o con la bravura de un toro metiendo riñones y empujando en el caballo o con esa suerte suprema sin artificios ni engaños, de las de "en corto y por derecho"...
O quizás, simplemente porque la vida, un día nos ofreció el bello regalo de compartir charla, café y humo con aficionados excepcionales, personas que aspiran a revivir aquello que un día les atrapó, les erizó el pellejo y les convirtió en apasionados por el Toro, de por vida.

Vaya pues todo mi cariño para Uds, mis queridos y muy admirados robinsones.

Fuente.- Gloria Cantero. Colaboradora de la Región de Murcia para De Catafalco y Oro.


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