Es tiempo de concluir, de plegar velas y buscar recreo en aquellos
momentos que nutren sentimiento, corazón y entrañas de esta excepcional
devoción forjada a golpe de instantes arrebatadores e indescifrables.
Mis opiniones compartidas hablan de entusiasmo y arrebato ante esos
hombres que aún quedan capaces de jugarse la vida con total naturalidad
por respeto a una filosofía existencial , no importa el color del metal
que les atavíe. Aquí, ni el oro se mide en
kilates, ni la plata en "dineros" de pura ley; pero sí en centilitros
de visceralidad y armonía, afán de superación y supervivencia, miedos y
pesadillas, ilusiones y pesimismos, amores y espantos. En fin, esas
tantas cosas que hoy se van perdiendo en pos de una falsa y acartonada
realidad que nos transporta a un mundo donde reina la hipocresía y el
fanatismo de unos cuantos que no ven más allá del culto a la propia
chequera.
Me declaro pues,
defensora de un empeño colectivo en ser "robinsones" en el océano de la
manipulación, la mentira, la estafa, del trágala y de la imposición de
los intereses del taurineo.
Allá quien guste de otro tipo de "tauromaquia", con su pan se lo coman y con su cartera se lo paguen.
Detesto, igualmente, a esas "almas caritativas" que tienen la bondad de
pensar por nosotros, pobres inconscientes, les auguro una pérdida de
tiempo infinita, jamás los casos perdidos fueron encauzados por "la
buena senda". Esos cainitas renegados que un día fueron enérgicos
defensores de la docta tauromaquia y ahora osan enjuiciar nuestros
apegos y devociones, nuestro tiempo empleado en la búsqueda por la
inmortalidad eterna en la mayor de las artes y en la ciencia más
inexacta que jamás ha existido y existirá.
No somos culpables por querer seguir soñando.
Y emocionarnos de nuevo, con un buen par de banderillas, de los de
poder a poder, o con la bravura de un toro metiendo riñones y empujando
en el caballo o con esa suerte suprema sin artificios ni engaños, de las
de "en corto y por derecho"...
O quizás, simplemente porque la
vida, un día nos ofreció el bello regalo de compartir charla, café y
humo con aficionados excepcionales, personas que aspiran a revivir
aquello que un día les atrapó, les erizó el pellejo y les convirtió en
apasionados por el Toro, de por vida.
Vaya pues todo mi cariño para Uds, mis queridos y muy admirados robinsones.
Fuente.- Gloria Cantero. Colaboradora de la Región de Murcia para De Catafalco y Oro.
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