Ayer, día de la Hispanidad, se celebró
una clase práctica en la Plaza de Toros de Villanueva del Arzobispo. La perla
del toreo como la llamó el monstruo de Córdoba “Manolete” donde toreó en ella
en varias ocasiones, si no me equivoco fueron tres.
Se lidiaron cuatro becerros de Dª Mª
Jesús Gualda para un alumno de la Escuela Taurina de Albacete, Alejandro
Peñaranda de Iniesta. Los alumnos más aventajados de las Escuelas de Jaén y
Baeza, Joaquín Carrillo “El Nete”, de Jaén. Cristian Padilla de Villanueva del
Arzobispo. Marcos Jesús, de Linares y una becerra del mismo hierro para los
alumnos más jóvenes como son Pedro Aparicio, Alfonso Morales, César Marín,
Carlos Durán, Adrián Rus, Asier Ruiz, Alejandro Martínez, Fernando Palomares,
Cayetano Martínez, hijo del maestro Curro Martínez y Álvaro Aparicio.
También se lidió un becerro de
Martín Carrasco para el debut en público del joven torero de Úbeda, Juan José
Jurado, perteneciente a la Escuela Taurina de Baeza.
La tarde no pudo ser más emotiva,
nada más llegar e ir a tomar un café como es costumbre, el encuentro con el
maestro albaceteño Sebastián Cortés y el abrazo que nos brindó fue muy
emocionante, volver a ver a un “viejo” maestro y saludarle fue todo un placer.
Ya en le plaza de toros, esa joya de
Jaén, la plaza de toros más bonita de la provincia y estar rodeado de esos
toreros en ciernes, puedo decirles que es toda una satisfacción para el
aficionado. Todos fueron entrevistados y nos dieron su opinión sobre lo que
sentían esa tarde. A la señora ganadera Dª María Jesús Gualda Bueno, que nos
habló de la tarde tan emotiva que estaba viviendo en su plaza, ya que su abuelo
fuera el propulsor y accionista de tal Coso Taurino y además lidiaba sus
becerros para estas jóvenes promesas.
Así como del mismo modo con los
maestros de la Escuela Taurina de Albacete y Baeza, personas que vuelven a
revivir sus pasadas épocas y enseñanzas con todo el cariño del mundo a estos
chavales.
Paseíllo majestuoso, por delante los
más pequeños, bien formados, bien vestidos, muy elegantes y toreros, detrás los
más aventajados vestidos de luces del mismo modo perfectamente colocados.
Llegan a barreras, saludan
cortésmente a la Presidencia y guardan una respetuosa actitud ante el sonido del
Himno Nacional.
Los becerros, y la becerrita final
tuvieron casta, nobleza y como es normal en este encaste su picante, al cual
hicieron gala los chavales de su aprendizaje con las lecciones de sus maestros.
Destacó el primero novillo por su
extraordinaria bravura y bondad ante el torero albaceteño que dio toda una
lección haciendo honor a esa casta de toreros de Albacete que tanta fama y
honor ha dado al escalafón en todos los tiempos, tanto es así que en la plaza
nos enteramos de la grave cogida sufrida por Rubén Pinar, torero albaceteño que
toreaba esa tarde en Las Ventas de Madrid.
Como digo un torero de Albacete, de
Iniesta concretamente es Alejandro Peñaranda, el cual estuvo muy templado en
toda su faena, tanto de capote como de muleta, templado, dando sitio, distancia
al novillo, espera, no dejando tocar la muleta, todo perfecto en un
principiante que apunta muy alto.
“El Nete” ante un novillo también
bravo y noble estuvo a la altura de las circunstancias, ya que el novillo tuvo
como digo esos buenos conceptos pero el añadido de salir distraído y con la
cara alta, algo que imposibilitó al torero de Jaén a poder ligar todo lo bien
que hubiera querido, así y todo lo consiguió en muchos pasajes de su faena.
Cristian Padilla, el joven de
Villanueva también demostró muchas “cositas” como se dice en el argot taurino,
detalles de torería y muchas ganas; algo a tener muy en cuenta en estos jóvenes
toreros.
Marcos Jesús revolucionó la plaza
ante un becerro excepcional por uno de sus pitones, templanza, largura, tesón,
como digo puso a todo el mundo de acuerdo logrando los mayores aplausos de la
tarde desde que comenzó su faena con una larga cambiada en el tercio para
seguir toreando templado y largo tanto de capote como de muleta. Extraordinario
Marcos Jesús.
Juan José Jurado que hacía su debut
ante el público demostró saber estar, quietud y lo más importante, sentido del
temple ante del mismo modo un buen becerro, variado con el capote, a pies
juntos, Tafalleras, chicuelinas y un remate muy torero. Con la muleta del mismo
modo midió las distancias, dio sus tiempos al becerro, que junto a las
condiciones de la res resultó una faena para recordar. Úbeda puede tener nuevo
torero en breve plazo de tiempo.
Finalmente se lidió una becerra por
todos los alumnos más jóvenes actuantes, tan jóvenes que incluso los maestros
Curro Martínez y Joselito Rus, les ayudaron teniéndolos en brazos en los
primeros muletazos para después ayudados en pie y solos pudieran dar algún
muletazo que al menos les sirvió para ese primer contacto con el toro bravo tan
importante en los inicios.
Una tarde como digo en Villanueva
del Arzobispo, sencillamente para enmarcar.