Ayer volvimos a estar en casa. El reencuentro con D. Iñigo Garzón, el mayoral Juan Cofrades, su amable señora Patro, su hija Mari Cruz y dos compañeros de carrera para forestales, Diego y Daniel; fuimos los encargados junto a Enrique, el señor veterinario, de realizar el que ha sido el último herradero de este año ganadero que como todos sabéis consta de junio de 2017 a junio de 2018. Ya está todo el campo bravo de esta casa ganadera correcto y en orden para dar comienzo cuando así lo vea necesario el señor ganadero, las tareas camperas de selección de madres como son los tentaderos y la prueba si del mismo modo lo ve conveniente de algún novillo para probarlo como nuevo semental de la ganadería.
La jornada de ayer fue especial. Pues se herró a “Escribiente” con el número 29; un toro ensabanado hijo de la vaca número 838 de nombre “Escribienta” y herrada en el año 2012 y el semental marcado con el número 34 de nombre “Mirón” y herrado en el año 2014, al cual tuve el honor gracias al señor ganadero de ponerle el Hierro ganadero de la casa.
"Escribiente" el día de su nacimiento
"Escribiente" a los poco minutos de nacer
Fijeza su su mirada
"Escribiente" con su madre "Escribienta"
"Escribiente" el día del destete
"Escribiente" apartado para su herrado
"Escribiente" pasando por el "Registro Civil"
Ahora le quedan cuatro años de vida armoniosa y en libertad
Del mismo modo se herró a la becerra “Mirita”, hija de la vaca marcada con el número 880 de nombre también “Mirita” y el mismo semental anterior de nombre “Mirón”.
"Mirita" el día de su nacimiento
Disfrutando de libertad con sus hermanas de canada
Apartada para su herrado
El mayoral Juan Cofrades. Mi hijo Pepe Cisneros
y el señor ganadero
D. Iñigo Garzón, herrando a "Mirita"
" Mirita" madre
El semental "Mirón" con su harem de vacas
El equipo encargado del herradero
Terminado el herradero y como es habitual en esta casa ganadera, la charla taurina en rededor a una buena mesa compuesta de un exquisito arroz de espárragos silvestres, alcachofas, gambas y almejas al tratarse de Miércoles de Ceniza, puso colofón a un día extraordinario.
Mª Cruz sirviendo el exquisito arroz
El magnífico arroz de la señora Patro
Todo el mundo callado y a comerrrrrrr
El ocaso en la Finca Cerropelado
Sinceramente fue una jornada extraordinaria donde como he dicho nos reencontramos con reses ya conocidas y seguidas de cerca. Aquí os muestro algunas fotos de “Escribiente” y de la vaca “Mirita” con su becerrita.
El campo bravo es algo maravilloso, lleno de encanto, olores peculiares y sobre todo mucha vida, una vida llena como digo de encanto y romanticismo que solo quien tiene el privilegio de vivirlo sabe a lo que me refiero, algo indescriptible que difícil resulta explicar, el amor es algo arduo de explicar.