lunes, 21 de marzo de 2016

UN PEDAZO DE LA UBEDA ROMANA EN LA CAPITAL DE ESPAÑA


Bétula, este fue el nombre que regentó la actual Patrimonio de la Humanidad ciudad de Úbeda.
En Madrid, en la nueva zona denominada Montecarmelo se encuentra este local donde el visitante podrá deleitarse con productos de la ciudad de Úbeda haciéndolo del mismo modo extensivo a otros productos de la región de Andalucía, todo regado con un buen aceite de oliva virgen extra y unos caldos típicos de los mejores Dioses en el Olimpo.

Nuestro gran amigo Juan Lamarca, el mejor Embajador de Úbeda en Madrid y del mismo modo de España allá por tierras hermanas fue lo mismo que otras veces nuestro cicerone y junto al novillero madrileño Pedro José Perea y el veterinario venezolano Pedro Casanova y esposa, nos brindó una extraordinaria jornada con una invitación por todo lo alto en este magnífico local antes de acudir a ver la magnífica corrida de toros en la Plaza de Las Ventas.
Todo aquel que quiera disfrutar de una buena mesa y paladear los sabores típicos de esa tierra milenaria más allá de Despeñaperros solo tiene que acercarse a esta acogedora Taberna donde Susana, bella mujer de sangre de Andalucía y española por los cuatro costados, les atenderá con la amabilidad que caracteriza a su tierra madre.

En este coqueto rincón del nuevo Madrid podrán admirar los cuadros que en cada época del año ofrece Andalucía en sus mundialmente conocidas fiestas, Semana Santa, Feria de Abril y otras muchas.









Entre sus manjares, ricos y variados; pudimos deleitarnos con una suculenta cazuela de los típicos Garbanzos de Vigilia con espinacas y bacalao, una riquísima mojama y huevas de atún de Barbate, un excelente queso y jamón de bellota y otras chacinas de la tierra, un suculento pisto con huevo frito en aceite puro de oliva y un extraordinario lomo de orza muy típico en Úbeda y Baeza, todo ello regado con una cerveza Alhambra típica granadina a una temperatura excelente, unas copas de manzanilla de Sanlúcar y un excelente Ribera del Duero. De postre nos ofreció una riquísima Torrija de Semana Santa con miel, elaborada con un riquísimo pan de horno de leña; y para finalizar brindamos nuestro encuentro con un rico licor y un oloroso café para que nos mantuviera bien despiertos y disfrutar del arte que unas horas más tarde íbamos a percibir en el ruedo del coso venteño.
Una mañana-tarde inolvidable en compañía de no solo un buen amigo, sino de todo un Caballero Español por los cuatro costados, el cual ama la Fiesta de los Toros y su Patria como a él mismo.







Gracias Juan, gracias Susana y consorte por sus atenciones, desde ahora tenemos en Madrid una parada obligatoria en nuestras visitas.
¡Viva la Taberna Bétula! ¡Viva nuestra querida Fiesta! Y ¡Arriba España!

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