sábado, 7 de febrero de 2015

JOSE LUIS GALERA LA ILUSION DE SER TORERO




Si hará la friolera de cuarenta años cuando una mañana tras haber conocido a un grandioso aficionado a los toros, novillero con caballos, me invitó a ir a la vecina localidad de Zocueca, muy cerca de la ciudad antes mencionada, la histórica ciudad de Bailén.

Recuerdo que llegados a un punto y ser imposible continuar en vehículo, los invitados, entre los que se contaban mi padre, nos echamos el “maco” al hombro y recorrimos un camino a una considerable distancia de una finca que además no era de ganado bravo, sino que de alguna finca cercana, una de las vacas, viejas por cierto, se había afincado en la vecina finca y al ser avisados de la presencia de la misma, nos dispusimos a darle capa como solía decirse. ¡Cuántas palabras que ya ni se utilizan en el léxico taurino actual! ¡Qué diferencia en tantas cosas! Hoy muchos chavales que se acercan a un tentadero -por supuesto que no todos- lo primero es hablarle de tú al propio maestro, hacer oídos sordos a lo que le indica el ganadero, ir a su aire y “gracias a Dios” llegar en un buen coche, algunos incluso en su propia furgoneta con su nombre cuando tan siquiera son novilleros sin picadores, o sea, becerristas. Hombre, yo me alegro del progreso, pero eso no significa perder esos cánones que cualquiera que empieza e incluso los aficionados, deben respetar.
Entre otras cosas, antaño te enseñaban que el toreo era de arriba abajo y de delante a atrás, hoy toda esta teoría y técnica ha cambiado sustancialmente, las reses no embisten de la misma manera.
Recuerdo que en esos años, se citaba a una mayor distancia la mayoría de las veces, como aficionado he de decir que ese toreo lo considero más fácil, me explicaré; al echar la muleta adelante, lo que se decía “echar de comer” veías a la becerra venir a cierta distancia y venía prácticamente toreada, yendo la mayoría de las veces hasta el final, en la actualidad hay que tenerlos muy bien puestos para colocarte a una distancia muy corta y con la muleta en la cadera para esperar que llegue la res y poder darle ese máximo recorrido posible, ya que si adelantas la muleta y la traes toreada como antaño, la mayoría de las veces al ser más corto el recorrido en la actualidad, suelen quedarse en la cadera y, de esa forma, es imposible ligar los muletazos unos con otros y procurar una tanda que llegue con fuerza.
En fin, es mi manera de ver las cosas ya que tuve la oportunidad de ponerme delante de alguna res hace muchos años y tengo el privilegio de seguir haciéndolo en la actualidad, pero vamos, que este post no trata de hacer polémica en el fondo y las formas actuales de la tauromaquia, sino de darle las gracias a José Luís Galera, quien fuera el encargado de sacarme el primer carnet de novillero con la firma nada menos que de José Fuentes, de llevarme por primera vez al campo y ponerme delante de una “pava” con dos “petacos” engatillados -aun me acuerdo de ella- y en una plaza que mejor no mencionar porque como he dicho al principio, al no ser una finca de bravo, aquello era un corral de ganado lanar y estaba llena de piedras, cuesta abajo y con la única defensa de un carro viejo pegado a la pared del recinto, nosotros si podríamos decir eso de “en peores plazas he toreado”.


Gracias torero, gracias amigo José Luís, hoy, con el mismo respeto que hace todo este tiempo, después de 40 años nos volvemos a encontrar y seguimos manteniendo la afición a los toros, lo más grande y lo que más respetamos, un abrazo torero.

2 comentarios:

  1. Llevar como siempre toda la Rasón! Como a cambiado la vida...

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  2. Asi es Juan, la vida ha cambiado, muchas cosas para bien, otras muchas para mal, en fin, eso es lo que tenemos mayormente en la actualidad, pero bueno, para la Fiesta que se está produciendo tampoco hacen falta muchos mas valores.

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