miércoles, 13 de agosto de 2014

APUNTES DE UN DIA DE TOROS



El domingo pasado 10 de agosto volvimos a estar en Madrid. Día histórico por la tristeza de ir a presenciar la última corrida de toros de la ganadería de Jaime Guardiola, una más en la lista de otras muchas ganaderías que han ido desapareciendo de la cabaña brava española.
En cartel Eugenio de Mora, Jairo Miguel y el torero jienense José Carlos Venegas, por el cual hicimos el viaje para ir a presenciar su actuación.

Sobre las siete y media de la mañana partimos para la capital del reino desde la bonita localidad serrana de Beas de Segura, de la cual es natural José Carlos Venegas y, desde donde su peña taurina puso un autobús para todos los aficionados que quisieron unirse al evento.

 Cogida de Pepe Mata

Nunca anteriormente recorrí el itinerario que ese domingo llevamos para ir a Madrid, después de atravesar varias localidades manchegas, desembocamos en Manzanares donde desde ese punto nos incorporamos a la A-4. Nada hay de sorprendente en este u otro itinerario que tome un vehículo si no es porque hubo una población que llamó mi atención al pasar por ella y estar en cierto modo unida a Úbeda, más bien al genial torero Antonio Millán “Carnicerito de Úbeda”, es la localidad de Villanueva de los Infantes.

 Antonio Millán "Carnicerito de Ubeda"

Mi recuerdo al torero de Úbeda fue inmediato, pues no en vano ya había leído el triste suceso que acaeció en esta localidad manchega el Día de Santiago Apóstol de 1971, fecha de inauguración de su Plaza de Toros. Aquella tarde se lidiaron reses de Luís Frías Piqueras, alternando junto a José Mata, nuestro torero Antonio Millán “Carnicerito de Úbeda” y el malagueño Paco Ceballos, con quien tuve ocasión de hablar en una excelente tarde de toros en la Maestranza de Frascuelo.

 El torero malagueño Paco Ceballos

Escribió Zubi que aquel día José Mata vistió un precioso terno salmón y oro que quedaría roto y manchado de sangre. Ocurrió el percance al entrar a matar a “Caracol”, un toro negro y bragao, que le corneó de lleno en el muslo derecho en el momento del embroque, rompiéndole de cuajo los vasos femorales. En la enfermería de la Plaza se vieron desbordados por la gravedad de la herida por lo que le hicieron un torniquete en la pierna y lo trasladaron en ambulancia a Valdepeñas. Una vez allí vieron que tampoco podían operarlo ni hacer nada por él, por lo que la ambulancia llegó a Madrid al Sanatorio de Toreros cuatros horas más tarde de que se produjera el percance, momento en el que fue operado.
La larga demora en la operación y el deambular en ambulancia de un lado a otro, parece ser que fue determinante para su proceso postoperatorio que no pudo superar, llegándole finalmente la muerte en las primeras horas de la noche del día 27. La demora en su atención fue muy criticada por la prensa de aquellos días. Las explicaciones posteriores dadas tras su fallecimiento no lograron aclarar la dinámica de la fatal complicación.
Su cuerpo descansa en el cementerio de La Almudena de Madrid, donde fue enterrado después de que el furgón fúnebre con sus restos mortales diera la vuelta al ruedo en la Plaza de Las Ventas donde el torero había triunfado en numerosas ocasiones. De tal suceso y entrando en conversación con algunos “viejos” aficionados venteños pude echar un párrafo y ratificar fehacientemente en el Patio de Caballos de Las Ventas mientras esperábamos la hora de entrada al sorteo, apartado y enchiqueramiento de los últimos toros que se lidiarían de D. Jaime Guardiola Domínguez.
En Villanueva de los Infantes su muerte sobrecogió sobremanera, de tal forma que aun hoy se le recuerda, pues el municipio manchego le erigió un busto en su memoria en 1972, al cumplirse el primer aniversario de su muerte.

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