martes, 31 de mayo de 2016
lunes, 30 de mayo de 2016
III TROFEO NACIONAL A LA PROMOCIÓN Y FOMENTO DE LA TAUROMAQUIA (UFTAE)
Acto de entrega del III TROFEO NACIONAL A LA PROMOCIÓN Y FOMENTO DE LA
TAUROMAQUIA otorgado por LA UNIÓN DE FEDERACIONES TAURINAS DE
AFICIONADOS DE ESPAÑA (UFTAE) a SU ALTEZA REAL LA INFANTA DOÑA ELENA DE
BORBÓN Y GRECIA. Este evento se realizó el día 26 de mayo de 2016 en la
sala cultural "Antonio Bienvenida" de la Plaza de Toros de las Ventas de
Madrid.
viernes, 27 de mayo de 2016
UNA TARDE CON LA MENTE EN TIEMPOS PASADOS
Ya comenté sobre el post de la tarde de “Michelito”
en la Finca Cerropelado que había sido una tarde llena de matices y buen toreo,
pero en esta ocasión quisiera centrarme en la importancia de antiguas lecciones
que los profesionales del toro daban a los chavales y que si hay que hablar con
sinceridad, salvo raras excepciones, pocos son los que en la actualidad a pesar
de seguir existiendo el mismo “decálogo” lo cumplen, veamos por qué comento
esto.
Esta tarde que comento, se encontraba entre nosotros
el novillero con picadores albaceteño José Ignacio Rodríguez, un joven torero
que por qué no decirlo, sigue siendo hoy por hoy un novillero al que le tengo
muchísimo aprecio y al que tengo esperanzas de que pueda decir algo en este
difícil mundo taurino.
Se desarrollaba el tentadero normalmente y como
suele suceder, cuando finaliza el matador de turno la faena a la becerra
tentada, la gentileza del ganadero ofrece la posibilidad de medirse a los
chavales que se encuentran como suele decirse de “tapia”. En esta ocasión y
dada la profesionalidad de todos los presentes, tras el maestro “Michelito”
salió su hermano “El Galo” y tras éste excepto en la primera becerra, la cual
me la cedió amablemente José Ignacio, salió el mencionado novillero albaceteño
para desarrollar su toreo, a falta de una tanda para finalizar la faena, José
Ignacio me pregunta si voy a salir y viendo que podía ser posible dar unos
pases y contestarle afirmativamente, el torero remata su faena, se dirige al
señor ganadero a dar las gracias y me dispongo a hacer lo que buena o malamente
pueda hacer, porque eso es lo de menos; a donde realmente quiero llegar es que
José Ignacio me recordó tiempos pasados cuando iba de capeas y los maletillas
nos poníamos de acuerdo para que de forma ordenada, todos sin excepción
pudiéramos dar una, dos, tres o cuantas tandas tuviera la vaca de turno. Todos disfrutábamos
de la tarde de toros en cualquier pueblo de la geografía española, ninguno le
hacía las típicas “ratonerías” para que alguno no pudiera torear como es el
llamado “toque de orejas” a la vaca o actitudes similares.
José Ignacio es un dechado de educación, sabe estar
en torero, sabe respetar a todo el mundo y por eso de la misma forma es
respetado. José Ignacio Rodríguez jamás si alguien ha habido en un tentadero
para salir a torear le ha apurado la vaca y ha sabido medirla para que todos
pudieran disfrutar, por eso y por muchas otras razones el torero de Albacete
tiene las puertas abiertas en muchas casas ganaderas de la provincia.
Por eso este torero, la tarde en Cerropelado volvió
a recordarme aquel 19 de mayo de 2010 cuando le conocí en un tentadero en casa
de Flores Albarrán y de manos del extraordinario picador Manolo Montiel -al que
no olvidaré su insistente petición de que dejara torear del mismo modo a un
buen aficionado como es Ramón- pudo demostrar ente una seria vaca, astifina,
brava y con mucho trapío, la clase que atesora en su toreo.
Por todo esto José Ignacio, hoy dedico este post
para ti, por ser diferente a otros muchos, ya que tu por mucha “hambre” que tengas,
siempre dejas unas cucharadas para otros y repartes como buen cristiano algo
tan bonito como es el poderse poner delante de una vaca.
Algún día te llegará la recompensa José Ignacio, entonces,
ese día grandioso volveré a quitarme el sombrero ante ti y será cuando del
mismo modo, yo también vea conseguido un sueño.
En casa de los Flores Albarrán hace justo seis años
En casa de D. Iñigo Garzón
un torero al gusto del señor ganadero
jueves, 26 de mayo de 2016
CUANDO SE ABANDONA EL ALMA
No sé por dónde empezar, hoy me encuentro en un
estado de ensoñación que no se verdaderamente si todo lo ocurrido ayer fue
verdad o es parte de esos sueños que una persona quiere hacer realidad.
Soy aficionado a los toros desde muy pequeño y
aunque sin intentar ser torero ni dedicarme a ello, llegué a torear unas cuatro
veces ante el público. Será por ese motivo que a pesar de los años pasados,
esto de la afición al toro resulta tan fuerte y especial que como he dicho
muchas veces, sin ponerme el “chispeante” me he sentido y sigo sintiéndome
torero. Lo sé, es una palabra muy fuerte a la que hay que tener muchísimo respeto,
pero yo la puedo decir; y lo puedo decir por el respeto que les tengo a estos
hombres tan especiales, y porque cuando estoy con ellos dada mi afición a
ponerme delante de alguna res, intento tomar buena nota de todo cuanto los
maestros hacen o me indican.
El pasado sábado tuve la oportunidad de parar y
torear una becerra, así como compartir una segunda con el maestro “Carnicerito
de Úbeda”, una vaca sensacional de encaste “santacoloma” que me permitió estar
muy a gusto delante de ella y conseguir muletazos que me inundaron el alma,
claro está y siempre a petición mía con las indicaciones del torero de Úbeda,
algo que considero muy importante para todos aquellos que empiezan e incluso
como es el caso para un aficionado que por mucho que toree, jamás podrá ver la
situación como un profesional desde un burladero; a mi así me parece, así lo
hago y la verdad, me funciona muy bien tanto en fiestas como en tentaderos, las
sabias palabras e indicaciones de un buen profesional es algo importantísimo
para un neófito en la materia.
Pienso que el respeto es algo fundamental entre
personas, hablando de aficionados a los toros, esto hay que ejecutarlo en grado
superlativo hacia todas aquellas personas que componen profesionalmente la
familia taurina, ya sean matadores, picadores, banderilleros, ganaderos, apoderados,
mozos de espadas e incluso al chofer de la cuadrilla. Y digo esto porque
personalmente así he sido tratado generalmente y puntualizando, he de decir que
en casa de D. Iñigo Garzón, tanto por su parte como por toda la familia, el
trato tiene catalogación de “Ussía”.
Ayer nuevamente el señor ganadero me fue guiando en
cuanto a lo que tenía que ejecutar delante de las becerras y la tarde se
convirtió en algo que ni el cerebro ha sido capaz de soñar. Si he de decir
porque así lo es en justicia que el único que en muchas ocasiones como la de
ayer delante de una respetuosa y astifina vaca, fue el señor ganadero; declarar
que en el tiempo que me lleva observando en su casa me crezco ante las vacas
más difíciles, es algo que me hace crecer como persona y como aficionado. No en
vano ayer pude gracias al conocimiento que tiene de sus reses, bravas, nobles y
dulces como la miel; perder la noción del tiempo, meterme en unos terrenos
donde se abandona el alma, algo tantas veces escuchado y que ya he podido experimentar
gracias a sus indicaciones.
No olvidaré las palabras del para mí por edad un “niño”
con todos mis respetos hacia este hombre que se viste de luces como es “Michelito”,
salir del burladero y decirme: “Señor, tenga usted cuidado, es una vaca muy
respetuosa y tiene dos astifinos pitones”, la preocupación del torero hacia mi
persona, esas palabras que vi, surgidas de una garganta como desfallecida, no
se me olvidarán en la vida.
Tampoco olvidaré aquella tarde ante el novillo que
indultara Adrián de Torres donde todo el mundo asistente se puso en “guardia”
cuando decidí dar unos muletazos y de nuevo el señor ganadero pidiendo
tranquilidad, guió mis movimientos y colocación, logrando unos bellos muletazos
a una res que se le perdonó la vida para dar savia nueva en la ganadería.
Y como no, agradecer del mismo modo a mi torero, del
que siendo presidente de su Peña Taurina, “Carnicerito de Úbeda”, tomo buena nota
de las lecciones que le escucho cuando voy a ver su entrenamiento diario con
otros toreros.
“Carnicerito de Úbeda”, indistintamente de que en la
actualidad sea el presidente de su Peña, es especial, en un torero que te hace
sentir el toreo hasta en los entrenamientos, es un torero que siempre tiende la
mano y ayuda a todo aficionado; y digo indistintamente de ser el presidente de
su Peña Taurina porque ayer en la tertulia habitual post-tentadero que suele
celebrarse en el salón o porche del bonito cortijo de Cerropelado, una vivienda
que data del 1850 nada más y nada menos, escuchar junto a sus paredes de gruesa
piedra tanto a aficionados, profesionales o como es el caso de ayer al
empresario José Manuel Rodríguez Vélez, decir que “Carnicerito de Úbeda” es uno
de los grandes toreros y que su toreo resulta de lo más fino y elegante, es
algo que como presidente de su peña o como aficionado a los toros te puede
llenar de alegría, pero que como amigo y persona que le quiere ya es algo que
no puede explicarse, llegando a emocionarte por completo, así es el toreo
amigos o por lo menos así lo siento yo. ¿Locura, ambigüedad?, no amigos no,
sentimiento y verdad, dos de los muchos y grandes conceptos que tienen tanto el
toreo como estos hombres especiales y singulares que son los toreros.
No quiero cansaros más amigos, ahora quiero volver a
soñar, quiero volver a revivir aunque solo sea de pensamiento lo vivido este
fin de semana pasado y comienzo de esta.
Quiero seguir con mi “locura”, quiero seguir siendo “torero” hasta el fin de
mis días.
Gracias a todos, gracias por hacerme sentir, gracias
por darme vida. Ahora hasta los próximos herraderos quedan las visitas al
campo, visitar a “Pregonero”, mi toro amigo; visitar a “Mirita”, la vaca que me
hizo soñar una tarde de primavera, disfrutar de las noches de luna sentado en
el porche del cortijo junto a la palmera que balancea la suave brisa que
también habla de toros en las noches de estío. Un saludo amigos.